Evalúan ventajas comparativas por producir en forma sustentable

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El encuentro tuvo por objeto presentar en el mercado argentino a la empresa Girobit

BUENOS AIRES (NAP) Las ventajas comparativas que representan para las empresas trabajar de acuerdo a las normas de sustentabilidad ambiental, por ejemplo en el negocio de los pollos y colocar la producción alimentaria en el mercado europeo con este tipo de certificaciones fueron algunos de los aspectos abordados en un seminario de Sustentabilidad y Mercados que se presentó días pasados en la Bolsa de Cereales d Buenos Aires.

Otro de los participantes, Gustavo Idígoras, ex agregado agrícola ante la Unión europea y actual consultor privado expuso sobre los desafíos ambientales en los mercados internacionales en materia de energía y alimentación.

El encuentro fue también el escenario elegido por el español José Mulet, autor del libro “Comer sin miedo”, de reciente presentación en la Argentina para contar hacia dónde va la tendencia de los europeos en materia de alimentos y la visón que tiene de la sustentabilidad.

El CEO de Granja Tres Arroyos, Joaquín De Grazia, compartió su experiencia en materia de sustentabilidad  ambiental bajo el titulo “Transformando un problema en una oportunidad”, reseño el proceso para la obtención de bonos de carbono a través del sistema de tratamiento de efluentes en sus plantas de faena. 

El empresario líder en la industria avícola, que tiene previsto faenar en 2015 138 millones de pollos, de los cuales el 40 por ciento tiene como destino la exportación, destacó además, los beneficios en cuanto a la reducción de emisiones de metano, la sustitución de combustibles fósiles y la generación de CER´s (Reducciones Certificadas de Emisiones).

De Grazia enfatizo que la sustentabilidad es parte del negocio del pollo en Argentina y en el mundo y que logro ahorros mensuales por más de 60.000 dólares en cada planta, en adición a los ingresos de la venta de bonos de carbono.  

El encuentro tuvo por objeto presentar en el mercado argentino a la empresa Girobits, una fusión entre Cazenave y Asociados, una empresa dedicada a la producción primaria y la agroindustria  y BIM una empresa argentina que asesora Gobiernos e Instituciones en temas de sustentabilidad, comercio internacional y relaciones económicas internacionales.    

Por su parte, Federico Pochat de Girobiz expuso el caso de la certificación de la producción de aceites alternativos al de la soja, y de sus subproductos como la harina protéica. 

Resaltó que se trata de una ventaja comparativa que le permite al productor diferenciarse en los mercados alternativos. Girobiz explico cómo una PYME agroalimentaria argentina logre colocar aceite y harina de camelina en el  mercado europeo con una certificación de sustentabilidad alemana, logrando mejores precios y acceso a mercado. 

Para que la certificación tenga sentido económico, el que certifica debe tener un mercado que no solamente la requiera, sino que esté dispuesto a ofrecerle una diferencia económica, de acceso a mercado, u otra ventaja a su producción.

En tanto, Gustavo Idígoras señaló la existencia de una demanda creciente en materia de desafíos ambientales para los alimentos y las bioenergías a nivel internacional y en particular de los compradores de los países desarrollados. Se registra una tendencia demandante del comprador, del consumidor y de los centros de investigación que publican estudios y resultados sobre estimaciones de gases efecto invernadero que incluyen a la Argentina y que habitualmente llegan a conclusiones erróneas. 

“Es indispensable adoptar una estrategia proactiva en lo que respecta al cálculo, reporte y gestión de los gases de efecto invernadero a nivel de cadena de valor. Se recomienda trabajar sólo con aquellas metodologías y protocolos homogéneos de amplia aceptación comercial que podrían ser luego certificables por las empresas de manera individual”, apuntó.

Por su parte, José Mulet, autor del libro “Comer sin Miedo”, respondió ¿Cuál es la percepción de los alimentos sustentables en Europa? A ello, trazó una diferencia entre lo que el consumidor europeo considera que es la sustentabilidad, que las asocian a los productos orgánicos, y la sustentabilidad real. El profesor de biotecnología resaltó que “se considera que comer “natural” es mejor y más saludable y lo cierto que es nada de lo que comemos hoy en día es natural en el sentido que ya no recogemos la ensalada en el campo ni cazamos nuestro bife”. 

Al mismo tiempo, sostuvo que la ganadería y la agricultura son actividades industriales. Además, “las especies que hoy cultivamos son producto de miles de años de selección, de personas cruzando y eligiendo semillas”. En cuanto a los productos orgánicos justificó que su producción es mucho más cara y si todo fuera orgánico sólo los más ricos comerían: el alimento pasaría de ser un derecho a un privilegio (Noticias AgroPecuarias).

 

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