Consejos para controlar chinches en girasol

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La chinche diminuta, una plaga de la soja, apareció con fuerza en las últimas dos campañas en lotes girasoleros. Recomendaciones de Asagir para combatirla.

ROSARIO (NAP). La chinche diminuta puso en jaque al girasol durante la última campaña. “Se trata de una plaga conocida por sus ataques en la soja pero que recién en los dos últimos ciclos agrícolas comenzó a generar problemas en lotes de girasol”, dijo el especialista en control de plagas Néstor Urretabizkaya al iniciar su conferencia en el Congreso de Aapresid.

El presidente de Asagir, Luis Arias, explicó que el tema del taller “responde a la necesidad de incluir a esta plaga entre las problemáticas del cultivo de girasol que necesitamos resolver. Hace dos años se comenzaron a observar ataques leves de chinche diminuta en lotes de girasol –explicó Urretabizkaya-, pero en la última campaña causó una gran preocupación en muchos lotes de producción”.

“Aunque es nueva en girasol –agregó-, es una plaga vieja en otros sistemas, como es el caso de la producción de soja que es de donde hemos acumulado más información. Por lo tanto, vemos que esta chinche tiene la capacidad de adaptarse a distintos alimentos y a diferentes ambientes”.

Urretabizkaya, que es docente e investigador de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, explicó a los asistentes la necesidad de detenerse en dos aspectos de la plaga: su mecanismo de alimentación y su ciclo biológico.

“Su aparato bucal, al igual que el resto de las chinches, es picador succionador – indicó el especialista-, con dos conductos, por uno de ellos envía saliva y por el otro succiona la savia de la planta diluida en esa saliva. Con el agravante –agregó-, que la saliva es tóxica y además puede ser el vehículo de microorganismos que afecten la salud de la planta”.

Respecto de su morfología, Urretabizkaya señaló que “su tamaño es pequeño, no llega a medio centímetro, con ojos globosos y una coloración oscura, grisácea amarronada, por lo que puede confundirse con una mosca”.

Esta especie coloca sus huevos en diferentes sitios, tanto en el suelo como por debajo de la superficie, en plantas de malezas o sobre el rastrojo, pero cumple todas las etapas de su ciclo en forma aérea. Se pueden encontrar ninfas y adultos en simultáneo y estos son los dos estados en los que se puede reconocer a los individuos de esta plaga. En estado de ninfa carece de alas y su cuerpo es un poco más globoso y con colores algo más claros.

En soja se ha presentado en estadios muy tempranos del cultivo, como la etapa cotiledonar o el estado de plántula, y llega desde plantas malezas como también ocurre en el girasol, explicó Urretabizcaya, que coincidió con lo indicado por Nicolas Iannone, coordinador del sistema de alerta de plagas del Inta que a fines de 2014 señaló que la chinche diminuta se presenta en el girasol desde antes de la etapa de botón floral hasta la floración e incluso llega hasta la formación de aquenios.

Según Iannone, a esta chinche le gustan los tejidos meristemáticos del girasol, como el botón floral, e incluso tejidos embrionarios de la semilla en formación. Esto significa que puede dañar al girasol en botón floral, en floración, en antesis, y también durante la formación de granos hasta el endurecimiento de los aquenios. El especialista del INTA informó en diciembre pasado que cuando estos insectos se presentan en un lote suelen verse en cantidad sobre las estructuras reproductivas y cuando aparecen previamente a botón floral se observan sobre hojas y parte del tallo cercano y alrededor del tejido apical.

Iannone señaló que si bien no hay estudios sobre el impacto de esta plaga en la producción de girasol, es probable que pueda generar los mayores daños desde la antesis y fundamentalmente en la formación de la semilla. Esto se debe a que inyectan saliva para la dilución de los tejidos y luego absorben los jugos dejando zonas o puntos necróticos por la saliva tóxica que introdujeron.

Control

Urretabizkaya explicó que en la región agrícola central de la Argentina la chinche diminuta puede llegar a desarrollar 3 generaciones anuales. “Picando y succionando por más de 30 días en cada generación”.

El especialista explicó que una de las principales preocupaciones para el control de la chinche diminuta pasa por encontrar productos para los tratamientos que no afecten a las abejas. Urretabizkaya puso gran énfasis en “revisar los lotes en etapas tempranas del cultivo y realizar tratamientos de control sobre las primeras generaciones de manera de atenuar el daño de las posteriores, que coincidirán con las etapas reproductivas del girasol”.

Para finalizar, el experto en plagas indicó que “debido a que sólo hemos tenido una campaña de ataque fuerte en cultivos de girasol hay tres preguntas para las que aún no tengo respuestas: ¿Hay alguna técnica de muestreo?, ¿Cuál es el umbral de daño? y ¿Por qué en la última campaña atacó al girasol en la etapa reproductiva y en ciclos anteriores no?”. (Noticias AgroPecuarias)

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