Crecen los frigoríficos bajo la forma de cooperativas
El funcionamiento de las cooperativas despierta cuestionamientos por los beneficios que reciben. Oficialmente figuran como frigoríficos-mataderos y pueden operar con el monotributo socia
BUENOS AIRES (NAP) El 14,5 por ciento de los frigoríficos que operan en la provincia de Buenos Aires, lo hacen bajo la forma de cooperativas que faenan hacienda, según un relevamiento de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).
De acuerdo al informe , en territorio bonaerense funcionan 18 cooperativas sobre 123 frigoríficos y representan representan poco más del 10% de la faena en la provincia. En el resto del país hay otras 10 cooperativas más.
Si bien hay excepciones previas, como Cootrafiya (ex Yaguané) en Virrey del Pino, que opera como cooperativa desde fines de los noventa, el avance fuerte de las cooperativas sobrevino luego de que cerraron 130 plantas entre 2009 y 2011.
En ese momento, el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno les dio impulso con el argumento de recuperar las empresas para los trabajadores, informó La Nación en el trabajo que fue reproducido por Infocampo.
De acuerdo con fuentes del sector frigorífico, un incondicional de Moreno como Jorge “Negro” Martínez, un importante acopiador de cueros y menudencias y controlante del monopolio del sebo, pasó en los últimos años a influir también sobre las cooperativas. A este empresario fuentes del sector le atribuyen relación con al menos cinco de ellas.
Sin embargo, Martínez negó el vínculo: “No tengo nada que ver, estoy lejos de ser cooperativista; le han informado mal”, se defendió en declaraciones al diario La Nación.
En 2008, Martínez agredió físicamente a Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, por oponerse a la firma de un acuerdo de precios de Moreno. En enero del año pasado, la hija de Marcelo Tinelli, Candelaria, practicante de equitación, lo denunció en Twitter por haber matado de un disparo a un caballo que había tirado en su haras.
“Fue con Moreno que crecieron las cooperativas y con la excusa de mantener la ocupación de la mano de obra”, señaló Miguel Schiariti, presidente de Ciccra.
El funcionamiento de las cooperativas despierta cuestionamientos por los beneficios de los que, alertan en el sector, algunos empresarios se valen para hacerlas operar aun sin estar al frente de ellas. Oficialmente figuran como frigoríficos-mataderos y pueden operar con el monotributo social. “La realidad es que no se pagan Ganancias, ganancia mínima presunta, Ingresos Brutos ni aportes a la seguridad social”, ejemplificó Schiariti.
“Algunas están con los empleados al frente, pero las toma un matarife o grupo de matarifes, que ponen las vacas y no pagan impuestos”, advirtió otro industrial.
Un cálculo es que por no pagar impuestos en la faena de 500 vacas una cooperativa puede sacarle al mes una “ventaja” de $ 4 millones al frigorífico o planta que opera con todos los impuestos que le corresponde abonar.
“No queremos que haya competencia desleal con cooperativas truchas”, se quejó recientemente, durante la firma del acuerdo por la carne que suscribieron 22 entidades, Gerónimo “Momo” Venegas, secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre).
Otro industrial de la carne consideró “una institución válida” la figura de las cooperativas, pero remarcó que muchas de ellas terminan siendo “pantallas” donde atrás operan empresarios.
“Serían una forma válida si no hubiera empresarios que las usan como pantallas valiéndose de sus menores costos, que distorsionan el mercado y la industria en general. El problema es que terminan operando no como cooperativas, sino pseudocooperativas con alguien que se beneficia de ellas”, apuntó.
Otro punto de fricción con las cooperativas o pseudocooperativas está en los controles sanitarios, que serían más flexibles para ellas. “Además de la competencia desleal, esto representa un riesgo sanitario para la población”, aseguró otro industrial consultado.
En febrero de 2011, el Gobierno disolvió la ex Oncca, que se encargaba de pagar subsidios y del control comercial. Con su eliminación, el Ministerio de Agricultura se quedó con tareas de fiscalización sobre el comercio de carne, pero el poder de sanción pasó a la Secretaría de Comercio.
Esta dualidad provocó que, en la práctica, decenas de inspecciones quedaran sin una sanción efectiva por demoras de aplicación en Comercio. “Con la caída de la Oncca creció la cantidad de cooperativas porque desaparecieron los controles de matrícula para su constitución y utilización”, opinó otro empresario.