La cobertura de trigo aumentará un 15%

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Sin embargo, en algunas regiones del centro y norte del país los excesos hidrícos pueden complicar los resultados de la cosecha

BUENOS AIRES (NAP) A pocas semanas de dar inicio a un nuevo ciclo para este importante cereal de invierno y según las expectativas de siembra relevadas durante las últimas semanas, se prevé una significativa recuperación del área que será ocupada por el trigo en la mayor parte de la región agrícola.

El resultado de nuestros sondeos de pre-campaña prevén una expansión interanual de superficie del 25 % a nivel nacional, que de concretarse elevarían el área de trigo a 4.500.000 hectáreas durante la campaña 2016/17, que representa un aumento de 15 % comparado con los promedio de siembra 2011/12 al 2015/16)

No obstante, esta primera proyección se encuentra sujeta a posibles modificaciones durante la ventana de siembra, la cual comenzaría a principios de mayo, finalizando a mediados de agosto próximo.
Varios son factores los positivos comerciales y físicos apuntalan a un incremento en la intención de siembra, aunque se detectaron otras variables adversas que podrían limitar la expansión del área triguera, indicó el miércoles la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe

Entre los factores positivos más relevantes se destacan la modificación del esquema comercial e impositivo, que trae aparejado una mejor relación entre precios y costos, que modifica el rinde de indiferencia y brinda más incentivo para la siembra del cereal.

Estas nuevas condiciones alientan la rotación de cultivos y una nueva oportunidad para mejorar la relación entre cereales y oleaginosas que incentivarían la expansión del trigo durante este nuevo ciclo.

Respecto del manejo de las napas, en varias regiones, que en la actualidad registran excesos hídricos o napas freáticas próximas a la superficie, implantarían trigo con el objetivo de aumentar el consumo de agua disponible en los perfiles, y de esta forma mejorar las condiciones en los lotes que serían posteriormente ocupados con cultivos de verano (principalmente soja de segunda). 

Con el control de las napas, se logra una mayor presión sobre las malezas, en particular las resistentes, situación que promovería también la incorporación del trigo como un cultivo estratégico para mantener cubierto los lotes durante el invierno.

Esta práctica busca reducir la población de malezas y disminuir su impacto en cultivos de verano, que en caso contrario, deberían incurrir en elevados costos para la limpieza de lotes durante el manejo del barbecho previo a la siembra de cultivos de gruesa.

En ciertas zonas con menor aptitud agrícola del norte y centro del país registraron durante la campaña 2015/16 cuadros que quedaron afuera del plan de siembra. Bajo este escenario, el trigo podría ser un cultivo de transición para que estos lotes sean reincorporados en los planteos de rotación nuevamente (-730.000 Ha implantadas a nivel nacional campaña 15/16 vs 14/15).

A su vez, el nivel de tecnología aplicada en el cultivo de trigo mejoraría durante el próximo ciclo, principalmente en las variables de fertilización y control sanitario, procurando mantener un mejor cuidado del cultivo que se prolongaría durante todo el ciclo fenológico.

Desafortunadamente, durante las últimas semanas se relevaron diversas variables que podrían limitar la expansión del área de trigo, algunos de ellos vinculados a factores climáticos que demandaran un continuo seguimiento a fin de analizar su impacto sobre la potencial recuperación del área triguera.}

Entre ellas aparecen, además de la recuperación hídrica de los últimos meses, que permitió reabastecer de humedad a los cuadros en extensas áreas del margen oeste y sur de la región agrícola, se generan a su paso excesos hídricos sobre gran parte de la región litoral, comprometiendo la siembra en sectores bajos de Santa Fe, diferentes regiones de Córdoba y el norte bonaerense, y la mayor parte de la región agrícola de Entre Ríos.

La condición de los lotes no es la única limitante, sino también el estado de los caminos rurales y el tiempo que demore la recuperación de los suelos para poder acceder a los cuadros y evaluar su estado previo a la siembra.

No obstante, algunas de estas regiones aún cuentan con varias semanas por delante para comenzar con las labores de siembra y por ello es muy temprano aún para dar por descartada la expansión de área prevista.
La competencia de superficie con otros cultivos, que depende de la evolución del clima en regiones como el NEA y Norte de Santa Fe, incentivaría a ciertos productores a desplazar al cereal e incrementar la participación del girasol.
Sectores del NOA recuperaron humedad en las últimas semanas, pero aún restan extensas áreas sobre el este de Salta que mantienen déficit hídrico y ello limitaría la siembra en regiones en donde, debido a su régimen de lluvias monzónico, no es común registrar precipitaciones y reabastecer los suelos durante el otoño e invierno. En paralelo, sectores de la región del NEA presenta un escenario similar.

De todos modos la ventana de siembra en ambas regiones se extiende hasta mediados de julio, permitiendo una mayor flexibilidad en cuanto a la toma de decisión de la fecha de siembra.
En conclusión, se estima un incremento interanual de superficie del 25 % para la próxima campaña. Sin embargo, los factores negativos vinculados a excesos hídricos desarrollados con anterioridad, pueden ser considerados como una problemática importante para la cosecha gruesa del ciclo 2015/16 que aún está en curso. (Noticias AgroPecuarias) 

EB

Las estadísticas muestran una mayor superficie que se destinará al cereal. Gentileza Bolsa de Cereales de Buenos Aires  

 

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