“Un productor de 200 hectáreas necesita realizar 270 trámites anuales”
CRA reclama a Agroindustria que “focalice” esfuerzos en la desburocratización. Ocho problemas y casos concretos de superposición e improcedencia. Y un palito para la Afip.
BUENOS AIRES (NAP). La entidad ruralista Confederaciones Rurales Argentinas le reclamó a los funcionarios del Ministerio de Agroindustria que “focalicen sus tiempos” en la simplificación de trámites referidos a la producción, traslados y comercialización de los productos agropecuarios.
En un comunicado titulado “La burocracia interminable”, CRA graficó que “un productor de 200 hectáreas necesita realizar unos 270 trámites anuales entre permisos, certificaciones y demás obligaciones burocráticas”.
“La desburocratización parece ser uno de los ejes de la nueva gestión en el Ministerio de Agroindustria. Difícil tarea, pero sin lugar a dudas, necesaria para que los productores focalicen su tiempo en lo que mejor saben hacer: PRODUCIR”.
La entidad agregó que La falta de coordinación entre las diferentes áreas de Gobierno y sus diferentes estratos, nacional, provincial y municipal, conlleva a una serie de distorsiones y complejidades que dificultan el normal desempeño del sector”.
Estos son
CRA hizo referencia a una encuesta realizada entre sus asociados en los cuales se enumeraron las siguientes situaciones y problemas:
-Duplicidad de información solicitada por las diferentes dependencias del Estado.
-Complejidad de tramitación, por los requerimientos.
-Falta de flexibilidad en los datos aportados frente a imprevistos.
-Duplicidad de imposición de tasas sobre un mismo objeto.
-Falta de capacitación del personal que atiende.
-Superposición de tareas en los organismos.
-Desigualdad frente a lo requerido a otros sectores.
-Falta de utilidad práctica en cuanto al objetivo del trámite.
Casos concretos
CRA citó también algunos de los ítems objetados y su fundamentación según los resultados de la encuesta:
*El Registro Fiscal de Tierras Rurales Explotadas (Tire) tiene una superposición de datos con el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa); con el Registro de inscripción de actividad en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip); con las declaraciones Juradas de Afip y con la presentación del Impuesto a las Ganancias en Afip.
*El Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (Ruca) requiere de una complejidad de tramitación por los requerimientos, engorrosa inscripción y reinscripción, superposición de datos con el Registro de inscripción de actividad en Afip, lo que genera una desigualdad frente a lo requerido a otros sectores.
*Guía de Transporte: Impuesto Municipal. Con una superposición con el Documento de tránsito electrónico (Dt-e) del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), lo cual es una doble tributación sobre el mismo objeto con amplias diferencias de precios cobrados entre municipios.
*Aviso de Señalada y Permiso de Marca: Para la ganadería ovina y bovina, el cual no presenta utilidad práctica.
*Stock de Granos destinados a Venta: Hay una evidente falta de flexibilidad en los datos aportados, frente a imprevistos.
“Si bien muchos de estos trámites son solicitados por distintas dependencias del Estado a nivel nacional, provincial y municipal, es el productor el que debe destinar su tiempo a estas formalidades muchas veces sobredimensionadas y complejas, que duplican el tiempo requerido, o solo tienen objetivo recaudatorio”, planteó Confederaciones Rurales Argentinas.
Afip
Al final del comunicado, CRA le dedica un párrafo especial al organismo recaudador a nivel nacional.
“La Afip es una de las dependencias con mayor volumen y calidad de información pero parece generar constantemente controles de controles, y suele tener una fuerte resistencia a compartir y validar protocolos con otras dependencias que cuentan con información similar”.
“Ni que hablar -continuó CRA- de los embargos de cuentas que se han masificado y tienen un proceso de levantamiento anquilosado que termina impactando de lleno en el manejo financiero de de los productores, congelando sus depósitos, impidiendo la acreditación del cobro de sus ventas y obligándolos a triplicar el giro de capital comprometido para evitar la caída de la cuenta corriente”.
Para la entidad, “todo este trasfondo termina empujando a muchos pequeños y medianos productores a la informalidad, y es la peor de las situaciones en donde pueden estar, allí no hay capacidad de negociación, precio de referencia ni seguridad de cobro”.