El 80 por ciento de las áreas asignadas a los cereales es fertilizada

Spread the love

En los últimos dos años, Fertilizar trabajó en una red de estudioS en gran parte de la región pampeana y en sus rotaciones específicas.

Se espera este año una mayor inversión del productor en nutrientes para el suelo

BUENOS AIRES (NAP) El empleo de fertilizantes en la Argentina alcanza al 80 por ciento del área de cultivos asignda a los cereales, mientras que para los cultivos de soja y girasol, ese promedio es del 50 por ciento. El dato los aportó Martín Díaz Sorita, integrante del comité técnico de Fertilizar, antes de la reciente presentación de Fred Below, profesor de Fisiología Vegetal de la Universidad de Illinois, que se hizo en la sede de Fertilziar, asociación civil.

En el caso de los cereales las dosis de fertilización son mucho más altas que en las oleaginosas y se puede asegurar que están próximas a las situaciones de balance para algunos nutrientes en el caso del fósforo, azufre y demás, explicó el técnico

“Lo que si sabemos es que la cantidad de nutrientes que se viene aplicando en cada cultivo, muestran diferencias entre cultivos y están lejos de las recomendaciones que se suelen hacer desde el INTA, las universidades y otros investigadores”, detalló Díaz Sorita.

El especialista recordó que desde Fertilizar, durante varias campañas: “tratamos de entender si había una valorización sobre el aporte de los nutrientes y a partir de encuestas que se hicieron entre 500 productores en la región pampeana hubo coincidencias en que en el empleo de los nutrientes, había brechas cercanas al 30 por ciento, respecto de los resultados producidos, pero la puesta en práctica estaría mostrando algunas diferencias en cuanto a sus resultados”, amplió.

En los últimos dos años, Fertilizar trabajó en una red de estudio en gran parte de la región pampeana y en sus rotaciones específicas, trigo en el sud este, maíz y soja en la región norte y centro norte pampeana, en cultivos de segunda o dobles cultivos y en rotación bajo tres formas diferentes de manejo.

En uno de los ensayos se buscó demostrar el efector promedio de la región, según cada cultivos, con promedios calculados en función de resultados de encuestas relacionadas a la cantidad de fertilizante utilizado por un productor que hace cebada, maíz o trigo en cada una de las regiones.

En ese sentido se instalaron dos tratamientos adicionales, uno con la recomendación normal, en base al análisis de suelo, con la expectativa esperada sobre promedio de rendimiento y la información disponible obtenida del INTA y de las Universidades realizados para cada cultivo.

El otro ensayo se hizo para determinar la expectativa de producción cuando los nutrientes son aplicados sin limitantes en las dosis aplicadas y con rendimientos extraordinarios alcanzables en cada una de las regiones, a partir de un criterio de balance de reposición o mantenimiento de alta fertilidad.

En aquellos casos en que los nutrientes no son limitantes se logró expresar la productividad alcanzable para cada región y para cada cultivo. En todos los cultivos se observan brechas entre la práctica habitual en lo corriente y la expectativa que alcanza al 22 por ciento, según el cultivo considerado y, con la aplicación, de acuerdo a las recomendaciones surgidas del análisis de sueleo, expectativas de producción y correcciones que permitirían reducir esa brecha en 50 por ciento.

En términos generales sabemos que vamos a transitar una brecha de mejora del 20 por ciento de los resultados de producción que se construye a partir de la obtención de diagnósticos, que además de los análisis de suelo incluye las expectativas de producción y saber que tenemos una oportunidad de mejora en el uso de nutrientes.

Por otro lado, es importante tener presente el concepto de nutrición balanceada donde los nutrientes aportan, a partir de su integración (nitrógeno, fosforo, azufre), un comportamiento sinérgico y que va a explicar gran parte de la mejora en al menos un 50 por ciento de la producción.

En el caso de los cultivos de cosecha gruesa, maíz y soja, más del 60 por ciento de los brotes de producción con las prácticas de fertilización actuales, muestran deficiencia de fósforo capturada por el cultivo en los estadios de floración.

En el caso del maíz, casi un 30 por ciento de los muestreos, los análisis demostraron que los porcentajes de nitrógeno son sub óptimos.
“Desde Fertilizar estamos muy preocupados por entender cuál es la trayectoria de mejora. En el manejo de nutrientes sabemos que hay una brecha, desde incorporar diagnósticos de suelo, conocer mejor el recurso integrándolo a la expectativa de producción y acompañar esa mejora en la cual todos los productores y los técnicos estamos trabajando y que se refleja a partir del mejoramiento genético, las expectativas de producción, incorporación de nuevas tecnologías, donde el uso de fertilizantes y la diversidad de nutrientes tiene mucho para mejorar y acercarnos a los rendimientos alcanzables de los cultivos”, definió el técnico (Noticias AgroPecuarias).

EB

También le puede interesar...