La suba del dólar pegó duro en los costos de producción de los alimentos
En el caso de la lechería, los tamberos pasaron a perder 73 centavos por litro en febrero a $2,23 en septiembre. La cadena de carnes presenta ganancias mínimas.
BUENOS AIRES (NAP) Los aumentos que el dólar experimentó en los últimos meses, sumado a la suba imparable de los combustibles ejercieron un fuerte impacto en el costo de producción de los alimentos, porque los insumos utilizados para la producción de estos bienes están atados a la moneda estadounidense, tendencia que se mantendrá en los próximos meses.
En ese sentido, la economista de la Fundación FADA, Natalia Ariño, asegura que “el efecto del aumento del dólar de los últimos meses impactó en todas las cadenas, fundamentalmente en sus estructuras de costos, porque los insumos de la actividad requieren productos que necesariamente están atados al dólar, como maíz, soja o trigo utilizados en la producción de tambos, feedlots, harinas y pan”.
Los impuestos que se presentan en las distintas cadenas productivas analizadas por FADA van del 26% al 32%. Es decir, que entre 1 de cada 3 y 1 de cada 4 pesos que los consumidores pagan en el mostrador, corresponde a la carga impositiva de los distintos niveles del Estado. Los más perjudicados son la carne vacuna y el pan, así consigna el trabajo de FADA al que accedió noticiasagropecuarias.com
Por su lado, los costos de producción (materia prima, laborales, estructura, servicios, transporte, entre otros) rondan entre el 88% y el 70% del precio final, siendo el sector lácteo (leche y queso cremoso) la cadena con mayores costos en relación al precio.
El sachet de leche entera, promediando una primera y una segunda marca, en septiembre tuvo un precio promedio de $26,19 por litro, de ese precio el tambo representa el 29,2% del precio final ($7,64), la industria el 29,3% ($7,68), el comercio el 16,6% ($4,35) y los impuestos el 24,9% ($6,52).
La situación de la actividad tambera empeoró pasando de una pérdida de $0,73 en febrero de 2018 a $2,23 por litro en septiembre. En dólares, el productor recibió en septiembre por litro de leche 0,20 dólares, mientras que en septiembre de 2017 su valor era de 0,33 dólares. Es decir que el precio en dólares cayó 39% en un año.
Según David Miazzo, economista jefe de FADA, “el principal costo que aumentó fueron los referidos a insumos para alimentos tras un doble efecto: sequía y dólar”.
La cadena del queso presenta un resultado negativo de $14,60 por kilo de queso cremoso. Como en el caso de la leche, el tambero sigue perdiendo, sin embargo, al ser un producto de mayor valor agregado los otros dos eslabones ganan. En concreto, para este producto, la pérdida del sector primario genera que la cadena en su totalidad sea deficitaria.
En el índice de carne bovina de este semestre se incluyó el análisis de la etapa de cría, donde resalta que el mayor formador de precios en la cadena de carne es el Estado a través de los impuestos con una participación del 29,8%. El feedlot explica el 28,4% del precio final ($48,33), el ternero el 21,6% ($36,76), el frigorífico el 7,1% ($12) y la carnicería el 13% ($22,18). El precio final relevado por el IPCVA fue de $170,03 por kilogramo de carne.
La cadena de carne bovina presenta ganancias mínimas, del 1% del valor final. El feedlot sigue con déficit, por el impacto de los precios de sus insumos básicos para la alimentación, inflación y devaluación.
En el caso de los distintos eslabones productivos del pan, de acuerdo a Indec el pan francés en septiembre tuvo un precio de $60,40 por kilogramo. De ese precio, el trigo representa el 13% del precio final ($7,86), el molino el 5,6% ($3,41), la panadería el 49,2% ($29,70) y los impuestos el 32,2% ($19,43).
La panadería es el eslabón donde se produce el mayor salto de valor en la cadena de trigo-pan. La investigadora Natalia Ariño explica: “esto se da fundamentalmente por dos razones: la primera, es que se realizan dos actividades, producción y venta por menor, es decir que hay dos eslabones fusionados; la segunda, es que tiene escalas sustancialmente menores a los eslabones anteriores (producción primaria y molino), por lo que tiene costos unitarios mayores”(Noticias AgroPecuarias).