La maquinaria agrícola en vías de recuperación con una nueva campaña récord
A pesar de la crisis que enfretó en 2018 con una fuerte caída en las ventas, se espera una recuperación, pero es necesario implmenetar políticas públicas en materia crediticia y tributaria
MANFREDI, Córdoba (NAP, por Mario Bragachini*) El final del año 2018 llegó con una caída de venta preocupante que compromete puestos de trabajo de fábricas genuinas. Hay pronóstico de reactivación para fines de abril y mayo de 2019, tendiendo en consideración los supuestos favorables de una cosecha récord 2018/19 y una recuperación del crédito con tasa conveniente de las bancas oficiales y privadas orientadas a incentivar la compra de maquinaria nacional.
Según el INDEC, en el tercer trimestre 2018 las ventas de maquinaria agrícola cayeron en promedio un 43,5% respecto del mismo período 2017 (65% menos cosechadoras, menos 54% tractores, menos 19,2% sembradoras y menos 35,4% implementos); un combo peligroso para el sector de la maquinaria agrícola argentina (maquinaria con más del 60% de fabricación nacional). El año termina con muchas empresas en situación dificultosa para pagar sueldos y aguinaldo (proceso de crisis), vacaciones prolongadas, inicio del año incierto, con menos días laborales y clausura de pedido a proveedores, algunos en caída en cascada, por corte de la cadena de pago.
En el mercado interno las ventas cayeron entre un 20 y un 60% según rubros, respecto al 2017 que fue récord. En promedio el primer trimestre 2018 fue normal con créditos de tasas subsidiadas de la banca oficial (BNA/BICE) y bancos privados, luego ocurrieron problemas de corridas cambiarias donde el crédito normal desapareció y los pocos disponibles con altas tasas de interés (la mayoría en dólar).
Las máquinas aumentaron sus precios siguiendo al dólar y los productores pecuarios (leche, carne, cerdo, pollo) atados al peso en un mercado interno deprimido no pudieron trasladar el precio de sus productos y perdieron capacidad de inversión; sumado a la falta de créditos accesibles desaparecieron del mercado de compra de máquinas.
El otro gran comprador de máquinas (tractores, cosechadoras, pulverizadoras, sembradoras y equipos de forrajes) es el contratista rural, que también sufrió un año con menos toneladas cosechadas por sequía, pasó de 127 M/t en 2016/2017 a 100 M/t en la campaña 2017/2018. Sumado a eso, los créditos tomados para la compra de maquinaria son dolarizados y los servicios se cobran con un peso devaluado. Actualmente, desaparecieron como compradores de máquinas.
Al productor genuino y al arrendatario, ambos importantes compradores también, la sequía les quitó el 30% de la producción en promedio, lo cual representa entre el 60 y el 70% del margen de ganancia, quedando con muy baja capacidad de compra. Los productores de zonas privilegiadas de alto rendimiento por efecto de napa freática alta, presentan margen de inversión pero no alcanzan a compensar la caída del mercado general que con suerte puede llegar al 62% del año 2017.
Estos factores negativos se fueron acumulando meses tras meses hasta llegar a una situación límite de dificultad para mantener los puestos de trabajo, principal preocupación económica y social, con algunas cadenas de pago cortadas. La realidad del sector requiere de una intervención del Estado con un tratamiento en situación de emergencia para evitar un cierre en cadena de las empresas Pymes del sector con masivos despidos.
La parte positiva está apoyada en el pronóstico agroclimático positivo para una cosecha récord 2018/2019 estimada en 130 M/t; en trigo no se cumplirá, pero será muy buena teniendo en cuenta el buen precio internacional del cereal.
El comienzo de una recuperación del mercado interno de maquinaria agrícola se espera para los meses de abril y mayo de 2019, una vez recolectada gran parte de la cosecha de grano grueso y un cambio con dólar favorable para exportación los productores y contratistas podrán reactivar un 50% del mercado perdido. Esto podría repercutir positivamente siempre y cuando esté acompañado por políticas crediticias favorables hacia el “Compre argentino”; es decir, para incentivar la compra de máquinas construidas con más del 60% de componentes nacionales.
De esta manera se reactivaría la fuente laboral argentina (sin prohibir ningún ingreso de máquinas y componentes importados), enfocando los créditos con tazas promocionales, dado que las empresas multinacionales poseen alternativas propias de financiación y un colchón del mercado global.
HERRAMIENTAS DE REACTIVACION
• Políticas activas positivas coyunturales para el sector de fabricación nacional de máquinas y componentes argentinos como medida de emergencia para mantener los puestos de trabajo y evitar despidos masivos.
• Créditos con tasas subsidiadas para reactivar el mercado de la maquinaria agrícola nacional, Banca Oficial (BNA/BICE) recuperando el protagonismo y marcando el rumbo de la banca privada.
• Los créditos se deberían hacer presentes ya en enero, si llegan en marzo ya es tarde para muchas Pymes.
• Los fabricantes se encuentran agradecidos de la creación de las mesas de gestión de competitividad, mucho diálogo entre sectores con intereses no comunes y poca comunicación sobre los reales problemas. Aunque la mayoría de las entidades gremiales nacionales y provinciales señalan que las mesas van por buen camino, la realidad y la urgencia de medidas llevan a dudar del verdadero resultado de las mesas tal cual están constituidas, pero igual se valora el diálogo, pretendiendo a futuro mesas con gente y empresas de intereses y necesidades comunes.
La realidad es que el sector ve todo con óptica de vaso medio lleno y sigue apostando al diálogo, pero los tiempos para mantener los puestos de trabajo se acaban. La lógica indica una positiva reacción del oficialismo y un esfuerzo de los empresarios por recuperar la difícil situación con el menor impacto social.
El sector de la maquinaria agrícola en Argentina representó en el año 2017 un récord de venta de 2.100 millones de dólares distribuidos un 50% a máquinas nacionales (las que tienen más del 60% de componente nacional) y otro 50% a máquinas importadas terminadas y máquinas ensambladas en el país con menos del 30% de componentes nacionales. Otro dato relevante es que en el año 2017 Argentina exportó máquinas agrícolas a más de 30 países diferentes por un valor de 149 M/U$S.
La mano de obra ocupada por la actividad en forma directa alcanza a más de 40.000 personas que sumadas a las empleadas semi-directas o part time, implica otras 40.000 personas, luego existen entre mecánicos y prestadores de servicio de mantenimiento en concesionarios (indirectos) otros 20.000 puestos de trabajo. El sector oupa en su totalidad más de 100.000 personas (Noticas AgroPecuarias)
*Mario Bragachini es Ingeniero Agrónomo, Coordinador (Int.) del Programa Nacional Valor Agregado, Agroindustria y Bioenergía y se desempeña en el INTA Manfredi, provincia de Córdoba.