Argentina y Brasil se acercan a la Unión Europea
El ambiente entre Argentina y Brasil es de renovada confianza y sintonía política -Bolsonaro, mucho más a la derecha que Macri, pidió abiertamente a los argentinos que no voten al kirchnerismo en las elecciones.
BUENOS AIRES (NAP) En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que amenaza con desestabilizar la economía mundial, Brasil y Argentina aseguraron en la semana que termina que están a punto de dar una buena noticia, la concreción del acuerdo de asociación entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Y tan fuerte es el entusiasmo en Brasilia y Buenos Aires, que ahora ambos gobiernos hablan incluso de crear una moneda común: el peso real.
«En breve se van a dar hechos históricos como posiblemente sea, en unas semanas, la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur», dijo el presidente argentino, Mauricio Macri, durante la comida de honor que ofreció el jueves a su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, en Buenos Aires.
El gobierno de Brasilia coincidió con el entusiasmo mostrado por el argentino y mencionó la posibilidad de que el acuerdo se cierre «antes de agosto». El Mercosur, integrado también por Paraguay y Uruguay, se reunirá a mediados de julio en la ciudad argentina de Santa Fe para definir su posición. El bloque sudamericano está negociando también acuerdos de libre comercio con Corea del Sur y Canadá, consignó el diario español El Mundo.
La relación entre Bolsonaro y Macri, dos presidentes futboleros, es buena. El argentino recibió una camiseta de la selección brasileña con su nombre y una gorra amarilla que se probó durante la recepción, pero fue sobre todo objeto de encendidos elogios del presidente vecino. Todo un alivio para la Casa Rosada, porque Bolsonaro, en el poder desde el 1 de enero, rompió con su gobierno una tradición diplomática de décadas, la de que Argentina sea el primer país que un presidente brasileño visita al asumir el cargo. Ese desplante parece haber sido olvidado por los argentinos, cuya economía depende fuertemente de la relación con el gigante brasileño.
El gobierno de Macri advierte como clave el entusiasmo dePaulo Guedes, el ministro de Hacienda brasileño, que generó una buena relación con su homólogo argentino, Nicolás Dujovne. Tras el triunfo electoral de Bolsonaro a fines de 2018, Guedes, exponente de la escuela ultraliberal de Chicago, generó una fuerte preocupación en Buenos Aires al decir al diario Clarín que el Mercosur no era «prioridad» para su país. Un trabajo de meses entre ambos gobiernos y cancillerías dejó en el olvido aquellas declaraciones.
«El asunto clave es el Arancel Externo Común, el paraguas que grava con fuertes porcentajes las importaciones extra-bloque, y que Brasil propone ir diluyendo progresivamente. Sería una ofrenda a los europeos que históricamente han pretendido no tener trabas para el ingreso de sus productos industriales».
«En cambio, los sudamericanos pugnan desde siempre para poder vender más libremente a Europa productos de origen agropecuario, como trigo, carnes, azúcar, arroz y biocombustibles», añadió.
El ambiente entre Argentina y Brasil es de renovada confianza y sintonía política -Bolsonaro, mucho más a la derecha que Macri, pidió abiertamente a los argentinos que no voten al kirchnerismo en las elecciones presidenciales de este año-, pero el problema ahora podría ser el pasarse de frenada. No solo por el enésimo anuncio de que el acuerdo con la UE es inminente, sino por la idea de una moneda común, un tema que data desde la mismísima creación del Mercosur, más de tres décadas atrás.
Aunque ambos gobiernos mostraron abierto entusiasmo por el proyecto («Guedes habló de que ambos países debieran tener una moneda común», dijo el ministro argentino de la Producción, Dante Sica), en la noche del jueves un comunicado del Banco Central de Brasil enfrío las expectativas: con el encabezado «aclaración», la autoridad monetaria brasileña aseguró en su página web que no tiene «estudios ni proyectos en marcha para una unión monetaria con la Argentina».