La producción argentina de tomate no cubre la demanda de la industria

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Es deficitaria en 3.000 hectáreas de producción y termina importando latas y packs de China e Italia. Lo bueno: el programa Tomate 2000.

BUENOS AIRES (NAP). Pese a sus ventajas más que evidentes para producir alimentos, la Argentina no llega actualmente a cubrir su demanda de tomates para industria y debe importar latas desde China.

El portal Bichos de Campo elaboró un informe con datos de la Dirección Nacional de Alimentos  de mayo de 2018-último relevo oficial realizado en el sector del tomate- que precisó que “la producción argentina alcanzó en 2017 a cubrir el 68% de su demanda, de alrededor de 700.000 toneladas”.

Así más del 30% del tomate industrializado que se consume en el país (ya sea como extractos, salsas, aderezos o puré) llega desde afuera.

Según datos aduaneros, la Argentina importó 44 mil toneladas de preparaciones de tomate, por más de 37 millones de dólares. El 62% eran tomates chinos y otro 20% italianos. Chile, que talla fuerte como principal productor en esta región, también envió algunas partidas.

Como consuelo, la Argentina exporta estos productos por 4 millones de dólares (el 10% de sus importaciones), la mitad a Paraguay.

El informe oficial agrega que “la producción de tomates con destino industrial en Argentina en la temporada 2016/17 alcanzó las 488.000 toneladas”, con 6.195 hectáreas cultivadas (este tipo de tomate es un cultivo extensivo, al aire libre, que incluso se cosecha mecánicamente, cortando toda la planta).

Si el consumo llega a las 700 mil toneladas, faltan cubrir más de 200 mil. O las 3.000 hectáreas  de cultivo que hacen falta.

Esperanza

En el informe de la Dirección de Alimentos -que depende de la Secretaría de Agroindustria- se habla de una producción local en crecimiento, ya que la de 2017 había sido la segunda mayor cosecha de la historia y la producción argentina había crecido 20% respecto del año anterior.

La clave fue el programa llamado “Tomate 2000”, que es capitaneado por el Inta La Consulta, en Mendoza, mediante el cual se logró ese incremento productivo a pesar de que la superficie implantada había caído 22%.

Con un conjunto de tecnologías se logró elevar el rendimiento promedio nacional hasta el récord histórico de 77 toneladas por hectárea, casi 50% más que en 2016. Hay casos de productores que llegan a 130 toneladas de tomate para industria gracias a este poco reconocido programa mixto, entre estado y sector privado.

Contexto

El 33% de la superficie implantada en 2016/17 se ubicó en Mendoza, el 26% en San Juan, el 19% en el NOA, el 12% en Río Negro y el 10% restante en La Rioja.

Como el procesamiento del tomate recién cosechado debe ser rápido, la mayoría de las industrias también se encuentra localizada en esas regiones productoras.

Según el informe de Agroindustria, unas 35 plantas industriales procesan el tomate. “La capacidad instalada total es de 717.000 toneladas”, agrega el documento. Es decir, la capacidad instalada excede el consumo local.

El informe oficial dice con claridad que “la producción de tomate para industria presenta margen para incrementarse en Argentina, debido a que no existen restricciones de tierra y agua, además de un mercado interno desabastecido de materia prima local”.

Sofia Benedetti, responsable de seguir esa cadena en Agroindustria, agregó en dicho trabajo que “se estima que en 10 años se necesitarían 10.000 hectáreas para autoabastecernos”, ya que el consumo debería llegar a las 800.000 toneladas anuales. (Noticias AgroPecuarias)

Por Matias Longoni

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