Técnicos del INTA y la UE evaluaron posibles usos de los residuos de caña para producir bioalcohol.
La información oficial señaló que “si bien la producción de bioetanol a partir de biomasa lignocelulósica a escala comercial todavía no es económicamente competitiva.
BUENOS AIRES (NAP) Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA) y de la Unión Europea (UE) analizaron el potencial técnico y agronómico de las tecnologías que se orientarán a transformar el residuo de la caña de azúcar en bioetanol, durante un encuentro que se llevó a cabo en Buenos Aires, indicaron fuentes gubernamentales.
El encuentro tuvo por objeto analizar cuáles son las nuevas tecnologías que podrían utilizarse para aprovechar los derivados de diferentes tipos de biomasa, y en el caso de Argentina, se seleccionó el residuo de la caña de azúcar como materia prima competitiva.
“En el mundo hay una marcada tendencia hacia el uso de energías renovables, y eso nos ubica en una posición privilegiada como generadores de biocombustibles y de energía a partir de la biomasa en general”, destacó Jorge Hilbert, referente en biocombustibles del INTA.
La información oficial señaló que “si bien la producción de bioetanol a partir de biomasa lignocelulósica a escala comercial todavía no es económicamente competitiva, el equipo de especialistas que integran el consorcio BABET-REAL5 avanzan en diversos campos de investigación que abarcan el mejoramiento de enzimas, los procesos termoquímicos y el procesamiento de efluentes”.
De acuerdo con el especialista del INTA, “uno de los principales puntos en contra que posee esta forma de obtención de biocombustibles es la necesidad de un pre-tratamiento de la materia prima, sumado a la composición de la biomasa y a la capacidad de los microorganismos naturales para fermentar los azúcares”.
Investigadores del Instituto de Biotecnología del INTA estudian cómo mejorar el procedimiento biológico de las enzimas para la degradación de la lignina y obtener una mayor eficiencia en el rendimiento del bioetanol.
Una de las principales ventajas de Argentina es la cantidad de biomasa disponible y a un precio de cosecha accesible. En otros países, en cambio, el costo de la biomasa es muy elevado.
BABET-REAL5 es un proyecto de investigación en el que participan instituciones de Europa y América Latina, encuadrado en la convocatoria Horizon 2020 de la UE.
Según datos sectoriales, se proyecta que la producción argentina de etanol va a terminar el 2019 con unos 1.100 millones de litros, una cifra similar a la del año pasado.
De esa cifra, el 50 por ciento proviene del tratamiento del maíz y el otro 50 por ciento de la caña de azúcar (Noticias AgroPecuarias).