La ganadería está en “modo subsistencia”, su crecimiento deberá esperar
La cantidad de cabezas faenadas durante 2019 fue un 3,6% mayor al 2018, resultó ser la mayor desde el año 2009 a la fecha.
BUENOS AIRES (NAP) Un trabajo técnico del consultor Andrés Halle (Econoagro) sobre el comportamiento de las variables ganaderas en Argentina durante 2019 concluyó -con datos provisorios de faena de diciembre- que muchos ganaderos están descapitalizados como consecuencia de la baja renta de los últimos 2 años, situación que le aporta mayor dificultad a la incertidumbre que genera la política en el sector.
Aunque la actividad tiene a futuro el enorme aliciente de aumentar las exportaciones y que se reanime el consumo, “hoy la realidad indica que con estos niveles de renta la ganadería puede subsistir, pero difícilmente crecer”. Uno de los datos salientes es que el año pasado muchos engordadores a corral trabajaron a pérdida.
En tales condiciones, Halle estimó que el stock posiblemente para marzo del 2020 esté por debajo de los 53 millones de cabezas, “muy lejos de las más de 62 millones que había antes que se interviniera el mercado de hacienda” entre 2005 y 2006.
Para el otoño, el stock nacional podría ser menor a 53 millones de cabezas.
El balance de 2019 -detalló- arrojó récord de exportaciones y un mercado interno poco demandante que bajó el consumo de carne vacuna. El engorde a corral tuvo un año muy difícil con resultados económicos negativos. La cría terminó afectada por los pobres números que arrojaron los procesos de engorde intensivos. Y el nivel de faena de hembras resultó ser particularmente alto.
Entre los principales indicadores, Halle destaca que la faena total de 2019 fue de 13,86 millones de cabezas, “por lo que será necesario el destete de 14,9 millones de terneros/as para que el stock de hacienda no disminuya en el corto plazo”. La faena de vacas fue la mayor desde 2009, al igual que la faena total de hembras. Y pese a niveles de exportación récord la renta ganadera “disminuyó a pesar de recuperar precio en la última parte del año”. En tal sentido, el feed lot “resultó ser la actividad que más renta resignó”.
La cantidad de cabezas faenadas durante 2019 fue un 3,6% mayor al 2018, resultó ser la mayor desde el año 2009 a la fecha. Respecto de 2018, los machos faenados resultaron ser aproximadamente un 2,6% menos, mientras que las hembras aumentaron un 9,9%. El incremento de hembras está explicado por la faena de vacas, que creció interanualmente un 6,6% y el de hembras jóvenes un 12,2%.
La tasa de extracción de machos fue del 46,6%, en los dos años anteriores había sido superior al 48%. “Estos bajos valores, estarían expresando la baja en la competitividad en los sistemas de engorde que trabajan con altas ganancias diarias. Por tal motivo se alargan los ciclos de producción”, aclara el analista.
La menor competitividad estuvo marcada por el aumento en los costos de producción, con un papel preponderante de las altas tasas de interés existentes junto con el valor de los granos. “No se ha visto que este alargamiento de los procesos de engorde hayan provocado un aumento en el peso medio de faena”.
La faena de vacas muestra un importante aumento en valores absolutos durante 2018 y 2019 respecto de años anteriores y el año pasado representaron más del 48,5% del total. El dato más relevante para el consultor es la tasa de extracción de hembras (hembras faenadas respecto del stock de hembras), que es en definitiva quien mejor correlaciona con las variaciones de stock interanuales. Este indicador fue del 17,4%. En 2018 fue del 15,8%, mientras que durante la gran liquidación ocurrida desde el 2007 al 2010, los porcentajes de extracción anuales fueron respectivamente; 17,6%; 18,2%; 21,8% y 15,4%. La tasa de corte de este indicador es 14,2% anual, si se sitúa por encima habría reducción de stock.
El precio de la hacienda ha caído en estos últimos 2 años. Durante 2018 la baja del precio del novillo arrastró al precio del ternero. Durante este año si bien hubo una pequeña recuperación, el ternero quedó rezagado respecto del novillo, fundamentalmente debido al aumento en los costos de producción de los engordes a corral, y el alto costo del dinero. De tal manera la brecha entre las dos categorías se ha achicado sensiblemente.
La vaca es la categoría que ganó. Comenzó, a partir de agosto del 2018, a pagarse más de lo que históricamente se había pagado, según la relación con el novillo. Ese sobreprecio relativo sigue existiendo a pesar de la gran oferta de vacas que hay en la actualidad. Este comportamiento respecto del novillo, se puede explicar fundamentalmente por el interés proveniente de la exportación, y en menor medida el consumo que busca alternativas más baratas para el consumo de carne.
El precio de la vaca gorda estuvo sobrevaluado, respecto de la relación histórica en noviembre con el novillo, en más de un 20%. Es la mayor diferencia respecto de su comportamiento histórico desde que comenzó el desacople entre estas 2 categorías, allá por septiembre del año pasado, y de manera marcada a partir de mayo del corriente año. El precio de la vaca, de comportarse como lo hizo históricamente en relación al novillo, debería haber sido en diciembre de 62,09 $ /kg, en lugar de 67,41 $ /kg.
Los precios de la invernada, en cambio, siguen retrasados en función del comportamiento histórico con el precio del novillo, aunque se ha achicado mucho la diferencia entre el comportamiento histórico y el actual. En diciembre el macho tuvo un retraso del 10,4% y la hembra del 9,6% respecto al comportamiento histórico. Las altas tasas de interés existentes, la incertidumbre política, el aumento de los costos de producción y la baja relativa de los precios del consumo liviano figuran como causas(Noticias AgroPecuarias).
EB