El Congreso Maizar este año se realizará en forma virtual
Los avances científico-tecnológicos dan origen a nuevas trayectorias productivas para la generación de productos y servicios, a partir del aprovechamiento sostenido de de los recursos naturales.
BUENOS AIRES (NAP) La 15ª edición del Congreso MAIZAR que se realizará el 30 de junio, será muy diferente a las realizadas en la última década y media, porque este año será de manera virtual, como consecuencia de la pandemia de Covid 19 que afecta a la Argentina en particular y al mundo en general, porque será en forma virtual, a partir del uso de las nuevas herramientas tecnologías disponibles.
El próximo encuentro para el que se diseñó un programa que interpelará a oradores y participantes a partir de las siguientes preguntas: ¿Estamos preparados para los desafíos que enfrentan la Argentina y el mundo a partir de la pandemia? ¿Es posible no solo no descuidar sino potenciar los vínculos entre recursos naturales, innovación y nuevas tecnologías?
“Estamos en una coyuntura inédita. La pandemia amenaza a los países y los obliga a tomar medidas para cuidar la salud de sus habitantes, lo que trae consecuencias negativas sobre la producción, el consumo, la inversión y el comercio internacional”, aseguran desde la parte organizativa
Según el Banco Mundial la Argentina será uno de los países que más sufrirá el impacto de la recesión esperada en este 2020.
La economía global sufre un parate sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, y las estimaciones hablan de una profunda recesión para el 2020. De acuerdo con el Banco Mundial, la Argentina, que ya transitaba una importante crisis económica, será uno de los países más afectados por esta situación.
Esta crisis desembarca en una problemática estructural: la disponibilidad de tierra, agua y combustibles fósiles es cada vez más limitada, y estos recursos ya no pueden utilizarse sin restricciones.
Al mismo tiempo, la humanidad debe, por un lado, atender demandas crecientes de una población que va en camino de superar los 10.000 millones de personas; y, por el otro, revertir los impactos negativos sobre el medio ambiente y los recursos naturales que están generando los patrones actuales de organización económica. Es imperativo transitar el camino hacia una sociedad más sostenible y equitativa.
Por su vínculo con el ambiente y los recursos naturales, sus efectos multiplicadores en la producción y el empleo, su extensión territorial y su impacto social, el sector agroindustrial tiene un papel trascendental en la salida de la crisis actual y el tránsito hacia el desarrollo sostenible. ¿Estamos preparados para hacerlo?
La innovación y las nuevas tecnologías son nuestros principales aliados. Los avances científico-tecnológicos están dando origen a nuevas trayectorias productivas para la generación de productos y servicios, basadas en formas más sostenibles de aprovechamiento de los recursos naturales, que eran imposibles de anticipar hasta hace muy poco tiempo. Tecnologías 4.0 como Big Data, internet de las cosas, inteligencia artificial y robótica, que conectan el mundo físico con el virtual, son el último ejemplo de esta revolución. Su adopción requiere superar grandes retos, entre ellos, la construcción de puentes con los consumidores y el resto de los actores para dialogar sobre sus impactos. ¿Estamos preparados para encauzar esa transformación?
El sector agropecuario argentino dispone de recursos naturales, capacidades científico-tecnológicas -especialmente en el campo de la biotecnología-, formación de sus recursos humanos, empresarios competitivos, una dinámica de rápida implementación de nuevas tecnologías, adopción de buenas prácticas agropecuarias y una institucionalidad de larga trayectoria. A partir de esa buena posición inicial, ¿estamos preparados para llevar adelante las prácticas y políticas necesarias para desarrollar todo nuestro potencial?
Por último: ¿La cadena del maíz está preparada para ubicarse en el centro de esta estrategia? Nuevamente, las condiciones de base son inmejorables.
Con un significativo crecimiento en los últimos años, la producción maicera se extiende por todo el país, involucrando a miles de productores, con fuertes encadenamientos con otras cadenas productivas y una importante contribución al PBI, las exportaciones y la sustentabilidad de nuestros sistemas productivos.
Gracias a una importante inversión en investigación y desarrollo, y a los avances tecnológicos, es además una de las cadenas con mayores posibilidades para incrementar la producción de alimentos saludables y de calidad, energía y nuevos bienes y servicios biobasados. ¿Cómo transformar estas posibilidades en realidad? (Noticias AgroPecuarias)