El 2021 es un desafío para todo el país
Frente a la incertidumbre institucional y macroeconómica, modificar la realidad depende de nosotros.
BUENOS AIRES (NAP) Sin dudas, el 2020 será un año difícil de olvidar. La pandemia de COVID 19 que se inició en enero y se confirmó a nivel global en febrero/marzo, nos sorprendió a todos y nos llevó a un año donde hemos cambiado mucho de nuestra vida diaria de trabajo, familia y vínculos con el resto de la sociedad.
Esperanzados en la aparición de ¨la vacuna¨ que resuelva el problema, se inicia la segunda ola de contagios por estos días en el Hemisferio Norte que nos marca claramente que los cambios que hemos realizado se mantendrán a futuro seguramente por muchos años más, independientemente de la aplicación de la vacuna.
Luego del cambio de la administración política en diciembre de 2019 en la Argentina, se produjo un giro importante en la visión y en el modo de insertarnos en este nuevo escenario mundial en pleno cambio.
Anuncios no concretados de nacionalización de empresas con problemas económicos y de administración o aumento de impuestos distorsivos se sumaron a una presión fiscal ya muy elevada para la economía de las empresas y de las personas.
Pero es cierto que pese a una prolongada discusión, se concluyó con una exitosa renegociación de la deuda externa. También hubo propuestas de cambios en el Poder Judicial; indefinición de la política comercial externa, del modelo de país, del camino para lograrlo; y hasta intentos de avances sobre la propiedad privada, han sido los temas salientes de los últimos meses.
Acercándonos a fin de año nos encontramos con un mundo que ya reaccionó y comenzó el camino de salida y/o convivencia con la pandemia de COVID y sus impactos negativos sobre la economía.
Se está reactivando en los últimos meses el comercio Internacional; las demandas de alimentos se alinean con el crecimiento que se había proyectado en los países emergentes www.producirconservando.org.ar/alimentos; (J,Llach 2015/19) un cambio en la administración en USA promete cambios globales que pueden derivar en la solución de algunos conflictos que tenían fuerte impacto en la economía global y sumado a ello, se produce un fuerte incremento del precio de los commodities agrícolas en los últimos 60 días, debido a las complicaciones climáticas en los países productores y su impacto sobre la producción y el comercio global.
Las demandas de alimentos se alinean con el crecimiento que se había proyectado en los países emergentes.
Mientras todo esto ocurre, vemos cómo nuestras prioridades apuntan a lograr cambios en el Poder Judicial que otorguen impunidad a delitos de corrupción de administraciones anteriores; la creación de nuevos impuestos y aumento de tasas de otros vigentes, que conforman una presión fiscal difícil de soportar para las actividades económicas.
Argentina terminará el 2020 quizás con el índice más alto de caída de la economía registrado hasta la fecha, con entre un 42 y 45% de pobreza, con uno de los niveles de Inflación más altos del mundo y un bajísimo nivel de inversión privada.
Definir un rumbo y cómo llegar a él, respetar las Instituciones y la Constitución, ordenar el gasto y la macroeconomía parece ser el único camino para volver a generar CONFIANZA necesaria para que en un marco de liquidez mundial por captar esos flujos y a través de ella iniciar un camino de inversión, generación de empleo y crecimiento sustentable para el país.
Frente a este panorama, donde reina la incertidumbre, la única certeza y el mayor capital son nuestros valores, que están siendo desafiados en todo sentido.
Finalmente y después de todo, cabe poner el foco -una vez más- sobre un paradigma histórico: De nosotros depende.
Es el momento más indicado para poner en valor los atributos del sector, en representación de una gran cantidad de argentinos, que de algún modo, son parte del campo. Porque el campo somos todos, en el sentido más amplio del concepto. El 2021 nos espera (Noticias AgroPecuarias).