Preocupa la situación de productores de uva malbec
CRA se queja de que los pagos se extienden hasta 7 u 8 meses con los consiguientes perjuicios sobre el productor.
MENDOZA (NAP). Las economías regionales son las que mayores dificultades encuentran a la hora del recambio tecnológico, que es casi una necesidad de urgencia para el sector.
El caso particular de los productores de uva varietal del Valle de Uco, donde se produce el vino malbec de alta calidad, emblema de nuestro país, no es la excepción.
Las inercias propias y la falta de competitividad, son solo alguno de los temas, que se manifiestan en una reducida capacidad de inversión para el productor.
Existen una multiplicidad de factores que llevan, inexorablemente, a la pérdida de rentabilidad sostenida para la producción en los últimos tiempos. Esta pérdida, no es más que una manifestación del problema.
En un país que necesita fomentar las exportaciones, es necesario aumentar los volúmenes productivos.
Combinación de factores
En ese sentido, los productores necesitan de una combinación de factores que generen un círculo virtuoso, capaz de lograr la manifestación completa de todo su potencial.
El factor principal es la rentabilidad, pero también debe acompañarse con un sistema de comercialización transparente, que contengan reglas claras de precio y plazos de pago. Así lo viene pidiendo CRA, la necesidad de establecer mercados institucionalizados.
Las empresas crecen inversamente proporcional a los retiros que se hagan de la misma, en otras palabras, sin rentabilidad no hay producción.
Si miramos la dinámica de los precios percibidos por los productores en una serie que empieza en el 2003 (ver gráfico), se observa claramente la pérdida de valor del productor a partir de 2018 y, llegar a un piso histórico, este año donde el productor está cobrando un 40% del promedio histórico para la serie.
Precios
La comparación con el precio promedio de la serie o la Moda (el valor más repetido) en la misma, ya medida en dólares oficiales, o pesos actualizados por inflación, dejan en evidencia la fragilidad en la que se encuentran los productores en la actualidad.
Desde 2007 a la actualidad, la participación de la producción en el precio final al público del producto se redujo a la mitad, eso fue pura y exclusivamente pérdida de precio al productor. Esa baja no se reflejó en el precio pagado por el consumidor.
De acuerdo al ajuste por inflación el kilo de uva Malbec debería valer 77 pesos.
Otro componente importante en cuanto al precio real percibido por los productores es el periodo de pago promedio que tiene la industria que escapa a toda racionalidad de contexto.
Una vez generada la liquidación al productor de lo que ya ha entregado, se analizó y se liquidó, el pago real se extiende en algunos casos hasta 7 u 8 meses, con los consiguientes efectos financieros sobre el productor, atrasos en los pagos de obligaciones fiscales, patronales, entre tantos otros (todos ellos cobran punitorios).
La merma en el poder de negociación frente a proveedores ya que al no contar con una herramienta de pago pierde el poder de decisión económica de compra, que se manifiesta en el incremento costo del insumo o servicio productivo que adquiere.
De acuerdo al Departamento Económico de CRA, en cuanto a los costos de producción no es novedad que si hace una comparación de precios de venta de producto, respecto a los precios de los insumos involucrados en el proceso de producción para generar el vino; las tasas de crecimiento de estos últimos se duplicaron en dólares respecto de los primeros.
Costos
Los costos subieron por el ascensor y los precios de venta por la escalera, en este caso la escalera bajaba al subsuelo, asegura el informe de CRA.
Como tomadores de precios de mercado, el área de gestión del productor se encuentra precisamente en los costos, lo que redundó en una pérdida de reinversión en las fincas.
En consecuencia se ve afectada la productividad en el corto plazo y en el mediano la sustentabilidad del sistema.
La solución se encuentra en la mejora de la competitividad real del sector, basada en la mejora de su calidad y productividad, que tendrá que ser fuertemente respaldada por el Estado.
Esas mejoras vendrán de la mano de la reconstitución del capital de trabajo, insumos la reconversión tecnológica necesaria, créditos a tasas que guarden relación con la actividad que los demanda y la formalización de un sistema de comercialización transparente con precios ciertos y plazos de pagos razonables.
Por otra parte, será necesario reducir los costos financieros ocultos, que erosionan la rentabilidad del productor y su capacidad de reinversión, la creación de un esquema tributario no distorsivo y adecuado acorde a la escala productiva. (Noticias AgroPecuarias)