Las exportaciones agroindustriales cayeron 34% en una década
En los últimos años, el comportamiento de las exportaciones en Argentina fue sumamente negativo.
BUENOS ARES (NAP) Las exportaciones argentinas mostraron una retroceso de 34% en la última década, al pasar de 82.981 millones de dólares en 2011 a 54.833 millones de la misma moneda.
Vale decir que el desempeño no fue homogéneo a lo largo de todo el periodo y, entre 2015 y 2019, porque las exportaciones crecieron 15% previo a reanudar su caída en 2020.
Las conclusiones fueron dadas a conocer por AACREA (Asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agropecuarias), en su informe macroeconómico mensual.
Sin dudas, se trata de números preocupantes en un país que debe afrontar importantes pagos de deuda en moneda extranjera en los próximos años y que experimentó, incluida la actual, seis crisis de gravedad desde 1975, cinco de ellas asociadas a saltos en el tipo de cambio.
En parte, la retracción se explica por la caída en los precios internacionales de las commodities. En efecto, los precios de exportación se retrajeron 22,1% entre 2011 y 2020.
Sin embargo, las cantidades exportadas también cayeron 15% en el periodo. Las exportaciones industriales, que tienen precios más estables que los productos agropecuarios, tuvieron una contracción incluso mayor 53%, respecto de las exportaciones en general.
Además, la performance argentina entre 2011 y 2020 es la peor respecto de otros países vecinos, que también tienen una alta presencia de commodities en sus canasta
de exportaciones y sufrieron el impacto de la caída de los precios y de la pandemia.
La disminución de las exportaciones argentinas en 34,% prácticamente duplica a la de Brasil que es el segundo peor posicionado.
De esta manera, la evolución entre 2011 y 2020 no obedece únicamente al ciclo global de las commodities y hay factores internos que juegan un rol relevante.
Romper con este comportamiento e incrementar las exportaciones de cara al futuro es importante por al menos dos motivos.
Argentina debe pagara en los próximos 10 años 89.350 millones de dólares.
Por un lado, el país debe afrontar importantes pagos de deuda en dólares en los próximos años, sin contar actualmente con la posibilidad de refinanciar los vencimientos, por el bajo valor de los bonos y, consecuentemente, las altas tasas vigentes en el mercado.
En promedio, se deben pagar 8.935 millones de dólares por año al sector privado en concepto de capital e intereses entre 2025 y 2035.
Por otra parte, hoy las importaciones se encuentran en niveles muy bajos, al ubicarse en 42.339 millones de dólares en 2020, mientras que la cifra ascendía a 73.961 millones dólaares en 2011, una caída de -42%.
Teniendo en cuenta que el 81% de la importaciones de 2020 fueron bienes de capital 17,4%; insumos, 57,4% y combustibles 6,3%, la recuperación de las compras al exterior es indispensable para que la economía pueda crecer.
En ese sentido, Argentina es uno de los países más cerrados al comercio del mundo y ocupa el puesto 155 de 160 países en apertura comercial, de acuerdo a datos del del Banco Mundial
para 2019.
Las devaluaciones producen la aceleración de la inflación y el deterioro del salario real.
De esta manera, sin un incremento de las exportaciones, el país tiene altas probabilidades de
atravesar en los próximos años un rumbo conocido: presiones sobre el tipo de cambio y dificultades para pagar la deuda en dólares a medida que los vencimientos con el sector privado vayan ganando relevancia a partir de 2025.
A su vez, las devaluaciones producen una aceleración de la inflación que lleva a una retracción del salario real.
Desde 2013, cuando arrancó de forma más aguda el ciclo de inestabilidad macroeconómica, el poder adquisitivo del salario privado formal se retrajo 14,9%.
Cabe destacar que el diagnostico parece ser compartido con el Gobierno, que en su documento “El desarrollo productivo en la Argentina pospandemia” enumera 10 consensos siendo el primero de ellos “necesitamos exportar más”.
El documento oficial, al ahondar en detalles precisa que “Mejorar sosteniblemente los ingresos de las familias y, de este modo, reducir sosteniblemente la pobreza y la desigualdad requiere que la economía genere empleo de calidad, para lo cual es fundamental que crezca en forma sostenida, pero requiere de más exportaciones, para así evitar las recurrentes crisis de balanza de pagos que traban el crecimiento(Noticias AgroPecuarias) .