La política agroecológica de Sri Lanka pone en riesgo a su industria del té
Especialistas predicen que la cosecha caerá a la mitad y se perderían su trabajo muchos cosecheros. Los productores reclaman que vuelvan a autorizar la importación de fertilizantes.
BUENOS AIRES (NAP). El deseo de Sri Lanka de convertirse en el primer productor mundial de alimentos 100% orgánicos está poniendo en peligro su valiosa industria del té, alertan cultivadores y economistas, que advierten de las repercusiones desastrosas para la ya tambaleante economía de la isla.
El presidente Gotabaya Rajapaksa ordenó este año la prohibición de los fertilizantes químicos, que se añadieron a la lista de importaciones prohibidas debido a la grave escasez de divisas, rememoró la agencia AFP.
Cuando llegó al poder en 2019, Rajapaksa prometió subvencionar los fertilizantes importados, antes de dar marcha atrás, argumentando que los agroquímicos estaban envenenando a la gente.
El maestro del té de Sri Lanka, Herman Gunaratne, fue uno de los 46 expertos elegidos por Rajapaksa para poner en marcha su revolución orgánica, pero fue descartado el mes pasado porque él y la mayoría de los productores no estaban de acuerdo con el proyecto del mandatario.
Gunaratne, de 76 años, que cultiva el “Virgin White”, uno de los tés más caros del mundo (se vende a 2.000 dólares el kilo), teme que la cosecha anual de Sri Lanka, de una media de 300.000 toneladas, se reduzca a la mitad.
“La inesperada prohibición ha sumido a la industria del té en un desorden total”, dijo a la AFP desde su plantación de Ahangama, a 160 kilómetros al sur de Colombo. “Las consecuencias para el país son enormes”.
“Si nos pasamos totalmente a lo orgánico, perderemos el 50% de la cosecha, (pero) los precios no aumentarán un 50%”, añadió Gunaratne.
-Seguridad alimentaria “en riesgo” –
Para Sanath Gurunada, que gestiona plantaciones de té orgánicas y clásicas en Ratnapura, al sureste de Colombo, los efectos de la prohibición de los fertilizantes ya se deja sentir.
“Si se mantiene la prohibición, la cosecha empezará a desplomarse a partir de octubre y veremos las exportaciones fuertemente afectadas en noviembre o diciembre”, advirtió Gurunada.
El maestro del té de Sri Lanka, Herman Gunaratne, el 6 de agosto de 2021 en Ahangama
El maestro del té de Sri Lanka, Herman Gunaratne, el 6 de agosto de 2021 en Ahangama Ishara S. Kodikara AFP
Su plantación cuenta con una sección orgánica, pero esta no es económicamente viable porque la producción de té orgánico es 10 veces más costosa y el mercado es limitado, explicó a la AFP.
En el primer semestre de 2021, la cosecha de té alcanzó la cifra récord de 160.000 toneladas, gracias a temperaturas favorables y a restos de fertilizantes disponibles. Pero el rendimiento comenzó a desplomarse a partir de julio.
W.A. Wijewardena, exvicegobernador del Banco Central y analista económico, calificó el proyecto de “sueño con costes sociales, políticos y económicos inimaginables”. La seguridad alimentaria de Sri Lanka está “en riesgo” y la situación “se agrava cada día un poco más”, apuntó.
Además, las esperanzas de Sri Lanka se volver al crecimiento, después de que su PIB se contrajera más de 3% el año pasado, se han visto frustradas por la pandemia de coronavirus.
Empleos amenazados
Las exportaciones de té aportan más de 1.250 millones de dólares al año a este país con problemas de divisas.
Los dueños de fábricas de té instan al gobierno a reconsiderar la prohibición de los fertilizantes. Argumentan que las malas cosechas agravarán la escasez de divisas y provocarán un fuerte aumento del desempleo.
Las hojas de té se siguen recogiendo a mano. “Con el desplome del té, los empleos de tres millones de personas están en peligro”, alertó la Asociación de dueños de fábricas de té en un comunicado.
La producción de arroz, el alimento básico del país, la canela y la pimienta también puede verse afectada por esta revolución orgánica.
Para tranquilizar a los productores, el ministro de Plantación, Ramesh Pathirana, prometió que el gobierno proporcionará abono orgánico para sustituir los fertilizantes químicos.
En una reciente cumbre de la ONU, el presidente Rajapaksa promocionó su iniciativa orgánica para garantizar “una mayor seguridad alimentaria y nutrición” para los habitantes de Sri Lanka, y pidió a otros países que sigan su ejemplo con “medidas audaces necesarias para transformar de forma sostenible el sistema alimentario mundial”. (Noticias AgroPecuarias)