Es necesario sostener el nivel de actividad industrial de la ganadería
En un año de fuerte suba de costos como los de la materia prima (hacienda), salarios y energía, es necesario mantener el nivel de actividad en los frigoríficos para garantizar el empleo y la producción de carnes.
BUENOS AIRES (NAP, por Daniel Urcía*) Con los datos de faena de marzo en valores similares a igual mes del año anterior y con la participación que en ésta tiene el consumo y la exportación, nos alienta a seguir pensando que se puede sostener en 2022 el mismo nivel de actividad sin que una afecte a la otra.
Como venimos sosteniendo desde FIFRA, no vemos mayores problemas serios en la oferta de hacienda para faena con destino al consumo interno y en función del poder adquisitivo actual de los argentinos.
Los datos de stock seguramente ratificaran la presunción de algunos analistas que dicen que no habrá variación, incluso podría haber alguna pequeña recomposición que no sería representativa, pero que indica que no estamos en presencia de un ciclo de liquidación.
Es necesario mantener un nivel de actividad similar al de 2021 para poder sostener a la industria en condiciones de equilibrio. Si hubiera una caída de la actividad en un marco de incremento de los costos (energía, transporte y salariales, entre otros) se podría entrar en una situación de desequilibrio y quebranto.
A comienzos de mes, esta situación de equilibrio, permitió lograr un acuerdo salarial paritario con las Federaciones que representan a los trabajadores que implicó un incremento del 50% del ingreso escalonado en los próximos 10 meses, pero que si uno lo mide en el año calendario impactará en el 70% de los costos de las empresas (la paritaria de la carne va desde el 1 de abril de 2022 al 31 de marzo de 2023).
La industria de la carne cerró una paritaria con un aumento escalonado del 50%.
Respecto del funcionamiento del mercado ganadero, tal como sucedió para el fin de semana de carnaval, previo a Semana Santa, nuevamente hubo incrementos de los precios de la hacienda.
En ese sentido las categorías de consumo liviano alcanzaron nuevos techos, pero seguramente en los próximos días veremos un descenso que devolverá las cotizaciones a los niveles previos a esa suba.
En la composición del índice de precios recientemente informado por el INDEC, las carnes han perdido protagonismo y si bien el consumo de carne vacuna se retrajo un par de kilos esto fue reemplazado por el consumo de carne de pollos y/o cerdos y por lo tanto no se vio afectado el consumo de proteína de origen animal de la población.
Como insistimos desde este espacio, no debe preocuparnos un leve retroceso en el consumo de carne vacuna que no obedece a la situación económica y a la pérdida de poder adquisitivo del salario, también se debe atribuir a los nuevos hábitos de alimentación según los cuales se prefieren la diversidad en el consumo de carnes sin entrar a considerar tendencias como veganismo y vegetarianismo.
Por otro lado, esa baja en el consumo consecuencia de las nuevas tendencias alimenticias son suplidas por el crecimiento vegetativo de la población lo que garantizaría la sustentabilidad del sistema productivo, industria y la matriz de consumo (Noticias AgroPecuarias).
*Daniel Urcía es presidente de la FIFRA y médico veterinario