Las economías regionales siguen en rojo
Excepto por tres (el mercado del vino, la forestación y el algodón que mejoraron su posicionamiento), el resto de las actividades se encuentran en ‘alerta’ según el semáforo de Coninagro.
BUENOS AIRES (NAP) Pese a que el precio recibido por el productor mejoró 57%, los costos de producción aumentaron 87%, de acuerdo a los datos publicados por el monitor de las economías regionales de Coninagro.
De acuerdo con ese informe son 11 las economías que están en rojo, sobre todo por el aumento de los insumos y la inestabilidad de los mercados, especialmente de la exportación.
Por la guerra ha afectado nuevamente la logística internacional, tanto para exportar productos de nuestras economías regionales como las manzanas y peras, como para importar insumos necesarios, como botellas.
En tanto que son cinco las economías en amarillo y solo tres son las que se encuentran en verde, entre ellas la actividad vinícola.
Por otra parte persiste, la incertidumbre por el acceso al combustible y su precio es transversal a todas las producciones.
Asimismo, la guerra afectó nuevamente la logística internacional para exportar productos de nuestras economías regionales como las manzanas y las peras, además de importar insumos necesarios, como botellas.
El mercado del vino con un guiño al productor
Al respecto se expresó Carlos Groselj, productor de vinos en Mendoza, es secretario de la cooperativa Altas Cumbres y consejero de Coninagro por Fecovita comentó que: “Hubo una merma en la producción y una cosecha a la baja con una retracción de casi el 20% respecto del año pasado, esto ha equilibrado el mercado dejó los stocks mas reducidos, lo que provoco una subida en el precio del vino y del mosto de manera marcada”.
“Esto, en una primera instancia marcó una pérdida de consumo en mayo pero ahora está recomponiéndose un poco, y el productor vitivinícola percibe esa suba en su renta que resultó un alivio”.
“En contraposición, los costos han aumentado considerablemente, ya sea lo vinculado a insumos, combustible y fertilizantes en algunos casos en subas de más del 100%, sumado a la dificultad para conseguir algunos productos por restricciones a las importaciones, pero aun así el panorama es positivo para el productor, solo juega un poco en contra el stock acotado para competir en el mercado externo”, agregó Groselj.
Respecto de las exportaciones, Groselj indicó que: “El precio en el mercado interno es elevado y esos valores llegan a un techo debido a que el precio internacional está emparejado y eso complica la competitividad con el dólar atrasado. El precio del mosto ha subido, el mosto principalmente se exporta y esto acompaña la suba del vino en el mercado interno”.
Asimismo, el productor mendocino y cooperativista expresó la preocupación del sector por los elevados aranceles en los países de destino que en Europa rondan el 20%, en China el 25%, en Sudáfrica el 20% y en el caso del mosto en EEUU paga 150 dólares por tonelada, lo que representa casi un 15% del precio, por lo que “enfrentamos dificultades para conseguir contenedores, y la logística tiene altos costos”.
Un tema que preocupa es una demanda de una empresa mostera de EE.UU. que importa nuestros productos, y está pidiendo al gobierno de USA que interceda como compensación de lo que ellos consideran una supuesta competencia desleal del mosto argentino en el mercado de USA, ahora este tema está en una incipiente etapa judicial, hemos pedido a Coninagro y al ministro Domnguez que interceda porque bajo nuestro punto de vista el pedido de esta empresa no tiene lugar”, cerró su descripción Groselj.
Frutas y hortalizas
Respecto de la producción frutihortícola, Ricardo Vitale que milita en el cooperativismo desde hace medio siglo comentó que “En Bahía Blanca fue un año hortícola medio desparejo por el factor climático, veníamos bien con precios razonables y buena producción pero nos pegó duro el calor del mes de enero. Costó reponerse de ese calor y comenzamos a cultivar pero con producción no tan buena y con ello aparecieron problemas para vender esos productos además empezó a aparecer mercadería de otros lugares y Bahía Blanca como plaza productora comenzó a atorarse, al fin costó más pero igualmente se pudo colocar la producción hortícola y frutícola”.
Vitale, es también tesorero desde hace 48 años consecutivos de la Cooperativa de horticultores de Bahía Blanca. También ejerce la presidencia de Acohofar y vocal de Coninagro y de Fenafrut”.
Aclara sin embargo que “donde el calor no golpeó tanto hubo buena producción y eso bajó el precio regulado por la ley del mercado, regido por la oferta y la demanda. Hay que tener compromiso en poner precios e intentar fijarlos porque de un da para el otro todo cambia muy rápido”.
Con respecto a la situación en otras zonas productivas bonaerense, describió que en “Mar del plata, La plata y otras zonas productivas muy grandes hubo vaivenes de precio, por ejemplo en el caso del precio del tomate, que estuvo por debajo de los costos de producción durante muchos meses, tuvo buenos rendimientos con cuentagotas desde el punto de vista comercial”.
La explicación de Vitale fue ampliada a otras localidades productoras de frutas y verduras: “En la zona de valles hubo una producción muy buena de frutas pero en algunos campos quedó fruta por falta de gente para cosechar, producción que está alojada en cámaras que tienen un costo muy importante de frío, mantenimiento, y luego deben ser enviadas a embalar, lo que implica mano de obra y fletes que deben padecer el problema de gasoil”
A propósito del tema transporte de mercadería, Vitale reclamó que “desde la zona de los valles de producción de manzana hasta Buenos Aires, son más de mil kilómetros y eso requiere un flete. Ahora que se va terminando la producción de los valles, lo bonaerenses y el mercado central dependen de producción que viene del norte, como Salta, La Rioja, Catamarca, y los invernaderos de Corrientes. El flete para traer esa fruta desde Salta, en relación, termina siendo más caro que un cajón de mercadería pura”
Finalmente Vitale reconoció que sostener los ciclos productivos en su área se ha vuelto complejo desde el punto de vista de la imprevisibilidad: “Sembrar, volver a producir, cuesta mucho dinero porque los insumos están dolarizados y nosotros vendemos en pesos. Cuesta conseguir dólar y tenemos que comprar el dólar a valor cambiado”, resumió.
Con respecto a las expectativas en el corto plazo aseguró que “Volver a encarar una nueva campaña es muy dificil. Desde la cooperativa de frutihorticultores de Bahia Blanca estamos proyectando construir el mercado cooperativo de Bahía Blanca, ya tenemos mas de 28 hectáreas de superficie para poner en marcha el proyecto, algo que apuntalará la zona y la región”(Noticias AgroPecuarias).