Shorthorn inició los festejos por los 200 años del arribo del 1er toro que vino a mejorar el rodeo vacuno argentino
La llegada de Tarquino se considera el inicio de la profesionalización genética de la ganadería argentina. El importador fue un escocés que vivía en Cañuelas.
(NAP) La Shorthorn fue la primera raza “profesional”, es decir de animales con provenían de una selección genética previa, en llegar a la Argentina y que, por lo tanto, se usó para iniciar la mejora de los rodeos vacunos conformados hasta 1823 por los animales españoles traídos en los barcos de los conquistadores y que se criaron a sus anchas en una Pampa muy bondadosa en pastizales.
La importación del primer toro Shorthorn, llamado Tarquino, la realizó el escocés John Miller, quien poseía un establecimiento rural en el partido de Cañuelas.
Este martes 11, la Asociación Argentina de Criadores de la raza Shorthorn dio comienzo, en el Mercado Agro Ganadero (MAG) de Cañuelas,a los festejos de 200 años de ese acontecimiento. Las celebraciones serán hasta en septiembre en Bolívar con la Exposición Nacional de Shorthorn en la Sociedad Rural de ese partido bonaerense.
En el MAG se concretó un remate de 650 animales Shorthorn y sus cruzas; y posteriormente se realizó el acto protocolar que contó con el acompañamiento de directivos de otras razas como Angus, Hereford y Brangus, del Agregado Comercial de la Embajada Británica en Argentina, la Intendente de Cañuelas, Marisa Fassi, de la Asociación Shorthorn Uruguay, el presidente del MAG, Andrés Mendizabal, Cabañeros, casas consignatarias, entre otros.
El presidente de la Asociación Argentina de Criadores de la Raza Shorthorn, Carlos Juan Guillermo Dawney, rememoró que “cuando aún resonaban los gritos independentistas se importó el toro que daría inicio al tremendo desarrollo genético que hoy nos caracteriza y es reconocido en cada rincón el mundo”
“Fue muy cerca de donde se emplaza este moderno mercado en donde comenzó esta historia, más precisamente en la estancia La Caledonia. A poco de su llegada, Tarquino ya era una referencia, una marca. A la sombra de aquellas revoluciones sociales que dieron forma a la identidad Sudamericana se gestaba, cerca de aquí en Cañuelas una verdadera revolución de la ganadería argentina, más silenciosa, pero con el mismo ímpetu.
El salto cualitativo de los rodeos de nuestras pampas impulsado por valientes visionarios de la talla del escocés Miller fue tal que muy pronto de la mano de otros avances como el alambrado y el frigorífico, el nombre de nuestro país pasó a ser sinónimo de carnes de la más alta calidad.
Los animales de esta raza tiene una gran masa muscular y su pelaje presenta una coloración que va del blanco crema al colorado oscuro (pero no tienen pelaje negro)
En un principio, la raza fue doble propósito usándose tanto para destinarlos a la producción de carne como a la leche. De hecho hasta bien avanzado el siglo XX la principal raza lechera de Argentina era ésta británica, hasta que llegaron las Holando a ocupar su lugar.
Dawney definió a la Shorthorn como “noble madre de razas” que “gracias a su vigencia también tiene reservada muchas importantes páginas que aún están por escribirse, 200 años de presencia en nuestro país hablan de la excelente adaptación a los distintos ambientes que tenemos desde Chaco a la profunda Patagonia, de sus cualidades maternas, de su facilidad de engorde y de la distintiva mansedumbre que la caracteriza”.