El maíz argentino tiene la menor huella de carbono entre los países productores
Una investigación desarrollada por el Inti y el Inta determinó que el cereal presenta el mejor balance en comparación con otros países productores del cereal. Importancia comercial.
(NAP) Especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaia (Inta) y del Instituto de Tecnología Industria (Inti) presentaron los resultados de una investigación encargada por la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) sobre la huella de carbono del cereal en Argentina, es decir cuántos gases de efecto invernadero emite la cadena del maíz en el país, desde su producción en el campo, su transformación en diferentes productos y la exportación.
La investigación arrojó que el país, en la campaña 2021-22, emitió 1.246 kilos de dióxido de carbono por hectárea, y 0,178 por kilo de maíz, con lo cual presentó el mejor balance entre los principales países productores del cereal, en el promedio ponderado entre temprano y tardío.
Dentro de este resultado, la investigación determinó que lo que produce mayor impacto son las emisiones de la fertilización y de la producción de fertilizante: entre las dos, suman más de un 50%. También hay una alta emisión de los residuos de cosecha, la producción de herbicidas y de los combustibles.
El estudio fue encabezado por Leticia Tuninetti, especialista en Análisis de Ciclo de Vida del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, y Rodolfo Bongiovanni, investigador del Inta Manfredi.
Los especialistas expusieron los resultados en el marco de la 17° ͣ edición del Congreso Maizar, que se desarrolló este miércoles en el Goldencenter de la Ciudad de Buenos Aires. Fue en el panel titulado “¿Tenemos el maíz con el mejor balance de carbono del mundo?”, que contó con la moderación de Vigneau y el presidente del Congreso, Fernando Vilella.
Tuninetti detalló cómo se elaboró el informe y explicó que utilizaron la metodología de “análisis de ciclo de vida”, desde la extracción de la materia prima, pasando por todas las etapas de transformación (producción, embalaje, transporte, uso y post consumo), contabilizando todos los GEI emitidos, como dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.
Asimismo, se utilizaron como base los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sobre la campaña 2021/22 en las 16 regiones productoras del cereal.
A su turno, Bongiovanni comparó este resultado con los datos analizados en otras naciones por medio de diversos ensayos científicos.
Entre otras cosas, el experto mostró que el 0,178 de dióxido por kilo de maíz significa una reducción del 22% en comparación con la huella de carbono que la Argentina arrojó hace 10 años.
Además, es 61% inferior respecto al promedio mundial. También es menor a la de España, en un 66%, a la de China, Brasil y Tailandia, en un 52%, y a la de Canadá, en un 27%, entre otros ejemplos.
La importancia comercial
De la disertación también participó el responsable del Sistema Nacional de Inventario de GEI de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Sebastián Galbusera, que se encarga de reportar la situación de la Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas.
“Nos encontramos en un proceso de cambio, siempre en un sistema de responsabilidades comunes pero diferenciadas, donde estamos pasando de un esquema en el cual algunos países tenían compromiso con la reducción de emisiones, a otro en el cual todas las naciones tenemos compromisos. Eso se relaciona con la entrada en vigencia del Acuerdo de París, donde se estableció un mecanismo de monitoreo, reporte y certificación, que debemos tener todos los países y va a ser la base con la cual se evaluará su cumplimiento”, describió.
En ese sentido, aseguró que en muchos mercados importantes para la Argentina se exige el cumplimiento de ese convenio internacional.
“Desde que en 1992 se creó la Convención Marco sobre Cambio Climático, Argentina ha presentado 3 comunicaciones nacionales y 4 informes bienales. El cuarto fue reportado en diciembre del 2021, y va a defenderse el martes próximo en el marco de la Convención, y estamos desarrollando el quinto”, aseveró Galbusera.
Sobre eso, el funcionario enfatizó: “Pero lo más importante es que hoy tenemos una Ley de Cambio Climático, que nos permite un marco para dar sostenibilidad a la articulación entre los sectores público y privado. Mientras que intra-Estado nos posibilita mejorar los cálculos frente a los reportes internacionales”.
A su vez, Galbusera remarcó que están trabajando en perfeccionar el inventario. “El tipo de cálculo que utilizamos para suelos es el de nivel uno, o uno y medio porque usamos datos locales. Pero para nuestro sistema productivo, que es muy dinámico, donde se pasa de agricultura a pastura, o de un cultivo a otro, es muy difícil de modelizar. Por eso, necesitamos mejorarlo, para estimar las emisiones y absorciones de manera más precisa. También tenemos que perfeccionar nuestros reportes a la Convención y evaluar nuestros compromisos, informado cuánto reducimos y cuánto no”, concluyó. (Noticias AgroPecuarias)