Se efectiviza la corrección de precios en la hacienda
Luego de un largo período con un fuerte retraso en los precios de la hacienda, a fines de julio y principios de agosto, las diferentes categorías del mercado mostraron señales de recuperación.
(NAP) Distintos factores como una menor oferta, un invierno benigno que trajo temperaturas menos extremas, y la necesidad de reposición de los feedlots, le permitió a la invernada comenzar durante julio una fase ascendente de precios.
La misma era muy esperada ya que el retraso de precios aún sigue siendo elevado, lo que repercutió de forma directa en los márgenes de los criadores.
El informe preparado por AZ Group para la Asociación Angus aclara que el actual contexto, en donde los terneros en julio aumentaron en promedio 14% mensual, la hacienda con destino a faena no se quedó atrás.
Viendo el terreno disponible hacia adelante que dejó la invernada, también a fin de mes, puso primera y comenzó su corrección de valores.
Cabe recordar que el último mes en donde el gordo corrigió y le ganó por amplia diferencia a la inflación fue a principios de año, en los meses de febrero y marzo. Desde entonces, el retraso no se detuvo y la perdida frente a la inflación fue moneda corriente.
Efecto sequía
Los efectos negativos de la sequía se hicieron sentir, y llevó a que los feedlots tengan un porcentaje de ocupación récord, por lo que se produjo un aumento de la oferta que llegó al mercado.
Estos factores, combinados con una demanda interna debilitada y un mercado internacional, que no estuvo y ni está dispuesto a convalidar mejores precios, afectaron de forma directa las cotizaciones de la hacienda.
Durante el 2023, los novillitos y las demás categorías del MAG, de enero a julio, sola en febrero le ganaron a a la inflación.
En julio, hubo un repunte sobre el final del mes, y las expectativas para agosto, que ya tuvo varias jornadas alcistas, es que se vuelva a repetir la performance del segundo mes del año.
De hecho, en la primera semana agosto, las categorías con destino al consumo interno aumentaron casi 15% promedio y revalidaron lo logrado la semana pasada.
A la hora de hacer proyecciones, meses atrás, era esperable que los novillos y las vacas, tengan correcciones positivas en sus precios.
Primero, los novillos pesados, en un contexto de escasez actual y futura, por las dificultades que tuvieron las recrías, se esperaba que lograran cotizaciones firmes.
Mientras que para las vacas se esperaba lo mismo, también por reducción de oferta, pero en este caso, por motivos naturales respecto a su estacionalidad anual.
En ese sentido, se puede decir que los valores del mercado se traccionan por la fuerza y la inercia de las categorías de “las puntas”.
Por un lado, los novillos, “desde arriba” mantienen su marcha ascendente y aumentaron en la primera semana de agosto un 18%. Y “por abajo”, las vacas, que luego de aumentar en julio en promedio un 32%, en la primera semana del mes lo hicieron en un 21%.
En el medio, las categorías de consumo aprovechan la inercia de las categorías mencionadas, y a pesar de la alta oferta actual y futura, no se quedan atrás y lograron subas de entre 12 y 14%.
Habrá que ver semana a semana, que capacidad tendrá el mercado y cada una de las categorías para revalidar esos aumentos. Por el lado de las vacas, se espera que este escenario se mantenga.
La menor oferta coincidirá con el momento de mayores compras por parte de China, en la preparación de sus fiestas locales.
Para los novillos también se espera un escenario positivo, ya que la escasez jugará su papel para mantener los precios.
Por el lado del consumo, la incertidumbre es mayor, ya que el salario de los consumidores locales y su poder de compra está cada vez más afectado por una inflación que no da respiro.
En los feedlot
El escenario para el feedlot con destino a consumo interno es complejo. Luego de una ventana de tiempo en el que los resultados fueron positivos, hoy el aumento del ternero y del maíz, ponen presión a una actividad que ve semana a semana más comprometido los números de sus márgenes.
Todo esto sucede en un escenario complejo para la ganadería de corto plazo. La alta inflación y la presión cambiaria aumentan semana a semana la posibilidad de que haya una devaluación mayor del tipo de cambio.
En consecuencia, el “descalce” de la actividad en los precios sería importante, y esos aumentos queden en actualizaciones nominales y no reales.