En Formosa, conservan una amplia variabilidad genética de la banana

Spread the love

El Inta creó un banco de germoplasma que ya tiene 50 especies y va a agregar 40 más este año.

(NAP) En el Inta de Laguna Naineck coleccionan más de 50 materiales genéticos vivos de bananas, de origen nacional e internacional. Este año incorporarán 40 materiales más.

El Banco se creó en 2021 en el Área IPAF Región NEA en su sede de Laguna Naineck, Formosa, y se integró a la Red de Bancos de Germoplasma del INTA.

Con el objetivo de conservar la diversidad de la fruta más consumida por los argentinos, cuenta con una colección de 48 entradas de bananas, que incluyen a cuatro variedades internacionales y tres entradas de plátanos. Además, incorporarán 40 nuevos materiales de Misiones, Salta y Jujuy.

Los recursos genéticos se conservan porque el riesgo de perderlos es permanente, en especial por la acción del ser humano. “Los Bancos de germoplasma tienen como función principal, cualquiera sea el cultivo que se esté trabajando, la de conservar la variabilidad genética que existe en el ambiente”, explicó Gerardo Tenaglia -especialista del equipo de investigación del IPAF Región NEA del Inta.

Y agregó: “Son una herramienta de preservación y desarrollo de especies vegetales de interés para la alimentación mundial, dado que el 20 por ciento de la diversidad vegetal está en riesgo de erosión genética o pérdida”.

En cuanto al cultivo de la banana, Tenaglia especificó que “la banana, al no tener semillas no puede reproducirse mediante la generación de nuevas recombinaciones, es decir, no podemos hacer cruzamientos. Entonces, la variabilidad que existe aparece a través del tiempo con las mutaciones espontáneas que tiene la naturaleza”.

De ahí la importancia de conservar los materiales, porque no hay forma de volverlos a regenerar, una vez que se perdió esa planta.

A su vez, Tenaglia explicó que el modo de propagación del cultivo de banana es muy vulnerable a la perturbación. Es que, “su ciclo de vida es prolongado y la tendencia actual de los sistemas productivos se basa en la intensificación y simplificación a partir de pocas variedades comerciales de alto rendimiento, lo que facilita la erosión genética”.

Por esto, consideró “imperativo” recolectar y conservar la amplia variabilidad genética para salvaguardar la adaptabilidad y resistencia al estrés biótico y abiótico, al tiempo que recomendó poner el material genético a disposición de los programas de mejoramiento de bananos.

También le puede interesar...