La industria de la soja impulsa una producción competitiva y sustentable del cultivo
Desde Cofco, Molinos Agro, LDC y Cargill coincidieron en la quita de las retenciones para revitalizar la producción de granos y de biocombustibles en Argentina.
(NAP) Bajo el lema “Retomando la curva con la esperanza de siempre”, y en el marco de su 20° aniversario, el jueves 19 de septiembre, ACSOJA realizó el Seminario Acsoja 2024 en la Bolsa de Cereales de Rosario, con la participación de alrededor de 400 personas de manera presencial, y 1.000 asistentes virtuales.
En el último Panel del evento, se reunieron destacados referentes de la industria para debatir sobre la situación actual del sector y su futuro sustentable. La moderación estuvo a cargo del especialista en mercados de FYO, Dante Romano, y de Josefina Vecino Beauge, de Visec.
Los disertantes fueron Ezequiel Cornejo, de Cofco; Diego Lerini, de Molinos Agro; Juan Tizado, de LDC; y Pablo Scarafoni, de Cargill, quienes hablaron en el panel “Los desafíos y oportunidades que enfrenta la producción de soja en Argentina”.
Cornejo describió la difícil situación que enfrenta la industria de la soja en Argentina, dado que el país permanece estancado en una producción de entre 45 y 50 millones de toneladas durante más de una década, mientras que Brasil ha duplicado su producción. Destacó la falta de inversiones en la industria y en logística, así como la alta carga impositiva que afecta la competitividad de los productores argentinos. “Estamos operando al 70% de la capacidad”, lo que refleja ineficiencias que impactan en toda la cadena de valor, apuntó.
Por su parte, Lerini dijo que, a pesar de una cosecha 2023-24 favorable, “el ritmo de comercialización es alarmantemente bajo”, con solo el 50% de las existencias vendidas a precios de soja. “Esta situación está limitando la capacidad operativa de la industria”. Además, abogó por un tratamiento más equitativo de las retenciones en comparación con otros cultivos, lo que podría estimular las ventas y activar la actividad industrial.
Ambos disertantes coincidieron en que la mejora de la logística y una posible reducción de las retenciones son esenciales para revitalizar la industria. Cornejo expresó su esperanza de que el nuevo gobierno implemente políticas que fomenten la desregulación y atraigan inversiones, mientras que Lerini subrayó la importancia de las importaciones temporarias y la competitividad en el mercado internacional.
Juan Tizado analizó el panorama de precios, advirtiendo sobre la caída de casi 90 dólares en Chicago en comparación con el año 2023 y apuntó que Estados Unidos está experimentando una cosecha récord, lo que genera un contexto de oferta abundante. Argentina enfrenta el desafío de mantener su competitividad en la exportación de harina de soja, especialmente ante la creciente capacidad de producción en otros países, básicamente Estados Unidos que duplicó sus exportaciones.
Más dramáticamente, Pablo Scarafoni pronosticó “el fin del superciclo” de precios altos que había beneficiado a la cadena en las últimas décadas. Explicó que la desaceleración en la demanda china y el aumento de la producción brasileña y estadounidense obligan a Argentina a adaptarse a un nuevo entorno competitivo, donde “la agilidad y la estrategia serán claves” para preservar su relevancia en el mercado global.
El panel se enfocó también en la cuestión del biocombustible como motor de crecimiento para la industria. Cornejo destacó que tanto Estados Unidos como Brasil están aprovechando la oportunidad de destinar el 50% de su aceite para la producción de biodiesel. “Esta tendencia, impulsada por mandatos energéticos, ha mejorado los márgenes de molienda en esos países y ha incentivado las inversiones en plantas de molienda”. En este orden, expresó su preocupación por la falta de un marco regulatorio atractivo en Argentina, lo que ha limitado la competitividad del biodiesel argentino en comparación con sus pares internacionales.
Lerini se sumó a este análisis enfatizando la necesidad de establecer una legislación de biocombustibles que no solo fomente el crecimiento de toda la cadena agroindustrial, sino que también aumente la capacidad de pago de los productores de soja. “Un marco legal sólido podría estimular las ventas y fortalecer la industria, asegurando un crecimiento sinérgico que beneficie a todos los actores del sector”.
En este contexto, la plataforma Visec (creada para certificar que la soja que se va a exportar a la Unión Europea no proviene de zonas deforestadas después de 2020) se presenta como una herramienta clave. Scarafoni mencionó que, a pesar de las regulaciones extremas en el sector de biocombustibles en Argentina, Visec tiene el potencial de facilitar la trazabilidad y la certificación de productos necesarios para acceder al mercado europeo. “Este sistema podría posicionar a Argentina favorablemente en comparación con Brasil y Estados Unidos, al ofrecer un marco de sostenibilidad y transparencia que los consumidores europeos demandan cada vez más”.
Juan Tizado coincidió en que Visec puede ser fundamental para simplificar los procesos de certificación. Además, la plataforma podría ayudar a descomprimir el camino hacia la descomoditización de productos, facilitando su integración en una economía más sostenible y competitiva. (Noticias AgroPecuarias)