La agroindustria argentina un actor clave para garantizar la seguridad alimentaria
Así se aseguró en el acto de fin de año de las cuatro cadenas. Es crucial avanzar hacia una reforma impositiva integral que reduzca la carga tributaria y simplifique los procesos burocráticos, tanto a nivel nacional como provincial y municipal.
(NAP) En el marco del cierre del año 2024, los referentes de las cadenas de soja, trigo, girasol y maíz, realizaron anoche el tradicional acto donde repasaron alguna de las principales acciones realizadas, a la vez de de pedir una produnda reforma tributaria, para aliviar la carga fiscal de la producción.
En esta oportunidad, el presidente de ArgenTrigo, Martín Biscaisaque tomó la posta y fue quien pronuncio el discurso de fin de año, acompañado por su pares de Acsoja, Rodolfo Rossi; Federicvo Zerboni, Miazar y Guillermo Pozzi Jauregui, de Asagir.
En esta oportunidad, el acto se realizó en la sede de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (AACREA) y el titular de la entidad, Juan Balbín, ofició de anfitrión y fue quien dio la bienvenida a los referentes de las entidades.
También fueron de la partida el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta; el poesidente del INTA, Nicolás Bronzovich y la vicepresidenta del organismo tecnológico, Beatríz “Pilu” Girauado
En un mundo que enfrenta desafíos sin precedentes, con una población que se incrementa y una demanda creciente de alimentos, la agroindustria argentina se alza como un actor clave para garantizar la seguridad alimentaria global y liderar el camino hacia un futuro sostenible. En nombre de las cuatro cadenas de valor: ACSOJA, ARGENTRIGO, ASAGIR y MAIZAR, tengo el honor de darles la bienvenida a nuestro encuentro de fin de año.
Este es el discurso:
En 2023, la población mundial alcanzó los 8.000 millones de personas, lo cual plantea desafíos significativos que requieren de un firme compromiso con la seguridad alimentaria. En este contexto, nuestras cuatro cadenas desempeñan un papel fundamental. Según datos de FADA contribuimos con el 50 % de las exportaciones del país y generamos más de un millón cien mil empleos.
Como parte de la agroindustria argentina, producimos alimentos y productos esenciales para el mundo, además de insumos para diversas industrias transformadoras locales. En conjunto, esto representa el 23,1 % del PBI nacional y el 23 % del empleo privado. Tomando datos de la consultora DATA Miazzo, en el período de enero a agosto de 2024, las cadenas del agro generaron más de 20.000 millones de dólares en el balance de cuenta corriente, representando un 83% de las divisas netas ingresadas al país. Todo esto es demostrativo de que constituimos un pilar esencial de la economía argentina.
No obstante, podemos mejorar nuestras capacidades de manera significativa. Es fundamental alcanzar un incremento sostenible en los rendimientos por unidad y en la superficie agrícola, acompañado de una mayor implementación tecnológica y una inversión considerable para diversificarnos y agregar valor. Las industrias transformadoras en nuestro país están operando muy por debajo de su verdadero potencial.
Proponemos un plan enfocado en tres ejes principales:
- Competitividad: Necesitamos continuar estabilizando la economía. Un marco normativo acorde a una economía más abierta y competitiva. Eliminación de derechos de exportación y otros impuestos distorsivos, inversión en infraestructura y menos burocracia.
- Innovación: Una nueva ley de semillas, desarrollo de biocombustibles y apoyo a la sinergia público-privada en ciencia y tecnología.
- Sostenibilidad: Compromiso privado en la adopción de las buenas prácticas agrícolas, cuidando el medio ambiente y produciendo alimentos de calidad y un Estado que acompañe las gestiones con otros países que quieran imponer políticas desmedidas que atenten contra nuestra producción.
Para lograr estos objetivos, hay que aprovechar al máximo nuestras fortalezas. Contamos con una de las cuencas fotosintéticas más eficientes del mundo, productores jóvenes y capacitados, y un fuerte compromiso con la innovación.
Para alcanzar una mayor eficiencia en el sector agroindustrial, necesitamos un Estado que actúe como un verdadero socio estratégico, comprometido con el desarrollo apoyando a la ciencia, la innovación y la apertura de nuevos mercados. Este compromiso se fortalece con una colaboración estrecha con el sector privado, construyendo un camino conjunto hacia un futuro próspero.
En este sentido, es crucial avanzar hacia una reforma impositiva integral que reduzca la carga tributaria y simplifique los procesos burocráticos, tanto a nivel nacional como provincial y municipal. La normativa que regula las actividades productivas debe ser analizada y debatida con un enfoque regional, evitando trabas y regulaciones locales que afectan la competitividad, especialmente de las pymes.
Asimismo, es fundamental explorar nuevas formas de gestión que involucren al sector privado en cuestiones que impactan directamente en la competitividad de las cadenas agroindustriales. Un ejemplo concreto es la infraestructura vial rural, donde la participación privada en la gestión puede aportar soluciones innovadoras y eficientes.
Destacamos el plan presentado para modernización de la Hidrovía, un proyecto clave que mejorará significativamente la logística y la eficiencia en el transporte de nuestros productos, impulsando el desarrollo económico de Argentina.
Como cadenas productivas, es esencial que identifiquemos y generemos sinergias para mejorar nuestra competitividad, acceder a nuevos mercados e innovar en producción y comercialización. No solo debemos solicitar apoyo, sino también trabajar activamente para proponer soluciones a los desafíos que enfrentamos.
Este año se han presentado dos situaciones contrastantes. Por una parte, mediante un esfuerzo coordinado entre el sector público y privado, se logró responder eficazmente al ataque de la chicharrita, proporcionando certidumbre respecto a la evolución futura de la plaga. Por otra parte, la respuesta ante la Reglamentación 1115/2023 de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación no estuvo a la altura de las expectativas planteadas.
Las cuatro cadenas han colaborado estrechamente en el Comité Ejecutivo Agrobioindustrial (CE ABI), consolidándose como un motor de diálogo y acción para el sector. A través del CE ABI, hemos participado activamente en debates clave, promoviendo políticas públicas que favorecen el desarrollo. Un ejemplo concreto es el reciente viaje a Brasil junto a legisladores nacionales, donde se fortalecieron los vínculos con nuestros vecinos y se establecieron las bases para una mayor integración regional. Consideramos fundamental la cooperación con el ámbito político para superar las dificultades y construir un futuro próspero para la agroindustria. La institucionalización del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) representa otro avance significativo para el sector y demuestra este compromiso.
Solo la experiencia del trabajo en equipo nos dará la confianza para abordar temas con intereses y visiones contrapuestas. Las cadenas son el mejor lugar para practicarlo, construyendo un sector agroindustrial más innovador y competitivo donde cada eslabón desarrolle al máximo sus ventajas competitivas. En la actualidad no alcanza en la Argentina con que el productor sea muy competitivo tranqueras adentro(Noticias AgroPecuarias).