El debilitamiento de La Niña abre la puerta a tormentas más intensas
Un informe de la BCR advirtió que habrá un clima más impredecible con posibles fenómenos violentos y efectos adversos sobre los cultivos.
(NAP) En un giro inesperado para la campaña agropecuaria 2024-2025, las proyecciones climáticas indican que el fenómeno de La Niña pierde fuerza en la región, lo que podría aliviar los problemas de sequía que aquejan a los cultivos de soja y maíz.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la probabilidad de un evento “La Niña” moderado ha disminuido del 71% al 57%, abriendo paso a una fase de “neutralidad fría”. Sin embargo, los expertos advierten que este alivio viene acompañado de nuevos riesgos, especialmente en lo que respecta a fenómenos climáticos extremos.
El climatólogo Alfredo Elorriaga señaló que las temperaturas en la región del Pacífico Ecuatorial, conocida como “Niño 3.4”,
A pesar de la menor intensidad proyectada para “La Niña”, los efectos secundarios podrían ser aún más graves. “La mayor energía atmosférica combinada con las temperaturas más altas en el océano probablemente generará tormentas más violentas y fenómenos disruptivos”, alertó Elorriaga.
A pesar de que el debilitamiento de “La Niña” puede reducir los efectos negativos directos sobre las lluvias en diciembre, los modelos climáticos continúan siendo impredecibles. Elorriaga explica que la creciente variabilidad de las condiciones atmosféricas obliga a un monitoreo más riguroso de los próximos meses. Para enero y febrero, los pronósticos aún señalan efectos residuales del fenómeno, lo que podría derivar en un verano con tormentas más frecuentes e intensas.
Los impactos de estas anomalías climáticas no se limitan a Argentina. A nivel global, en China ya se registran efectos de altas temperaturas sobre la producción agrícola, como en el caso de la papa, que ha visto alterada su producción debido a un clima extremo. Esto pone de manifiesto cómo las alteraciones climáticas globales afectan a los sectores productivos en diversas partes del mundo.
En Argentina, la situación es monitoreada con cautela por el sector agropecuario. Aunque la disminución de la severidad de “La Niña” es una buena noticia, los riesgos asociados a tormentas severas, como granizo, lluvias torrenciales y vientos fuertes, mantienen en alerta a los productores. “Aunque el debilitamiento de ‘La Niña’ proporciona un alivio temporal, no debemos bajar la guardia. Estamos ante un escenario de mayor incertidumbre climática, donde la variabilidad atmosférica podría generar impactos graves en los cultivos”, concluyó Elorriaga. (Noticias AgroPecuarias)