Panorama: Las  claves para el mercado internacional de commodities

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Por ahora, continúa la incertidumbre respecto a la aplicación de los aranceles, que vienen funcionando como llaves para sostener negociaciones bilaterales.(*)

(NAP) Desde la asunción de Trump el pasado 20 de enero, se comenzó a desarrollar un reacomodamiento en el plano internacional, con derivaciones de magnitudes aún difíciles de establecer, cuya característica más saliente es la guerra comercial.

El impacto sobre los commodities, y especialmente sobre el mercado de granos, es un camino cargado de
volatilidad e incertidumbre, cuyas verdaderas implicancias en materia de oferta, demanda, precios, costos y logística, todavía están por verse.

Las amenazas de imponer aranceles como método de negociación con aquellos países con los que tiene déficit comercial y problemas de distinta índole – especialmente Canadá, México y China-, brindaron cierta tensión al mercado de commodities, principalmente al de las oleaginosas.

Política energética

El cambio en la política energética, dando un giro respecto al gobierno de Biden, plantea un escenario de aliento hacia los combustibles fósiles y, en ese contexto, se sigue con atención la política que implemente la nueva administración respecto al corte de etanol (E15) y la producción de biocombustibles, y su posible impacto sobre la demanda estadounidense de la soja y maíz.

Respecto a la política monetaria de EE.UU., el pasado 29 de enero la Reserva Federal decidió detener el recorte de tasas iniciado en septiembre de 2024. Los datos positivos de inflación habían sido determinantes para que la Fed iniciara el sendero de reducción de tasas, que ahora queda suspendido a la espera de la evolución de la economía norteamericana en este nuevo contexto, al tiempo que crecen las tensiones entre el gobierno de Trump y el organismo.

En el plano geopolítico, el reordenamiento en desarrollo tiene su epicentro en este momento en la guerra entre Rusia y Ucrania, de la que acaban de cumplirse tres años.

La reciente Asamblea General de la ONU mostró un realineamiento alrededor de dicho conflicto, donde EE.UU. apareció votando junto a Rusia, en un cambio de 180 grados respecto a la política del gobierno de Biden. Las tensiones giran alrededor de las negociaciones que buscan ponerle fin al conflicto, donde Trump y Putin discuten una salida que aparece onerosa para Ucrania, en materia económica y de integridad territorial.

En este contexto, el futuro de la OTAN, producto directo de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, quedó entre en entredicho y no son pocos los analistas que advierten que podríamos estar cerca de su disolución.

Por su parte, China, el principal rival de EE.UU. en la guerra comercial en curso, se encuentra desarrollando una política de autosuficiencia en distintas ramas clave de la economía.

Así, busca aumentar su producción de granos en 50 millones de toneladas para 2030, con el objetivo de reducir su dependencia de las importaciones y fortaleciendo su seguridad alimentaria. Con este objetivo, implementará reformas y fomentará la innovación tecnológica en la agricultura, poniendo el foco en cinco cultivos clave directamente vinculados con la dieta de sus habitantes: maíz, arroz, trigo, soja y colza.

También buscará mejorar el rendimiento de cultivos y la calidad de la tierra, y apuntará a fortalecer su capacidad para enfrentar desastres agrícolas.

Las inversiones chinas en tecnología, particularmente en el desarrollo necesario para la producción local de chips, encontraron en las sucesivas sanciones impuestas por el país del norte uno de sus principales estímulos. En este sentido, es en el terreno de los semiconductores y la inteligencia artificial donde posiblemente se esté jugando el capítulo
clave de la guerra comercial(Noticias AgroPecuarias).

Informe elaborado por la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca 

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