Pese al crecimiento experimentado de los orgánicos en Francia, estos alimentos no alcanzan
La proporción de terreno utilizado en el país galo para el cultivo orgánico se expandió gracias al auge de los cambios de hábito de los consumidores observado en los últimos dos años
BUENOS AIRES (NAP) El sector de los alimentos orgánicos en Francia experimento un crecimiento de dos dígitos desde 2014, tendencia positiva QUE se confirmó durante la primera mitad de 2017 y sugiere un incremento anual en torno al 14% para todo el año, lo que, de acuerdo con las estimaciones de Coface, (una compañía de seguros de crédito francesa) que representa una cifra de negocio de más de 8.000 millones de euros.
A pesar de su modesta participación en el mercado agroalimentario, que apenas llego al 3,5% en 2016, la popularidad del consumo de alimentos orgánicos no para de crecer. El 69% de los franceses consumió comida orgánica, al menos una vez al mes en 2016, volumen que representa un aumento de 25 puntos desde 2012 y es cada vez más frecuente, el 15% consumió comida orgánica diariamente en 2016, un aumento de 7 puntos desde 2012..
La producción agrícola orgánica evoluciona de un modo particularmente cíclico, alternando períodos de intenso crecimiento con períodos de estancamiento – dependiendo de las medidas y los subsidios implementados por las autoridades.
Mientras que la proporción de terreno utilizado en Francia para el cultivo orgánico se expandió gracias al auge de conversiones observado en los últimos dos años, su proporción en el área cultivable total sigue siendo modesta, porque represento 6,5% en la primera mitad de 2017, inferior a la media europea y muy por debajo de Austria, Suecia, Estonia, Italia y República Checa. `
En un futuro inmediato, se espera un pronunciado aumento de la oferta, en línea con la ola de conversiones que se disparó entre 2014 y 2016. No obstante, en vista de la dinámica del consumo, es probable que el sector necesite adaptar sus prácticas de cultivo y su escala de producción. En caso contrario, Francia se verá obligada a incrementar las importaciones que hoy representan el 29% de los alimentos orgánicos que se consumen.
Menos insolvencias
Los datos de Coface indican que las explotaciones orgánicas gozan de buena salud financiera. Los sectores con mayor participación de producción orgánica también registraron menos insolvencias corporativas entre 2012 y 2016, mientras que en el sector agroalimentario en general, las insolvencias aumentaron en un promedio de 4,9% por año. Por su parte, hubo disminuciones en las insolvencias en algunos segmentos, como la fruta (14,8% del total de la producción / disminución de un 5,6%) y el vino (8,5% del total / disminución de un 2,5%).
El aumento de las insolvencias se encuentra por debajo o en torno a la media para los apicultores (13% del total / 5,4% de aumento) y los productores de ganado ovino y caprino (5,1% del total / 3,2% de aumento).
Por el contrario, las exportaciones porcinas (0,9% del total / 18,8% de aumento), el cultivo (2,1% del total / 12% de aumento) y las aves de corral (1,4% del total / 9,5 % de aumento) – sectores menos afectados por la tendencia de la producción orgánica, registraron un mayor aumento de las insolvencias.
Además, aunque las insolvencias en cada subsector están sujetas a tendencias de precios y a impactos específicos de cada uno de ellos, se percibe que (en igualdad de condiciones) los subsectores con una mayor participación en la agricultura orgánica han demostrado una mayor resiliencia. Según Coface, un aumento del 10% del porcentaje de la producción orgánica en la producción total de cada subsector resultaría en una disminución del 11% de las insolvencias.
El cambio es arriesgado, pero inevitable
A pesar de su dinamismo y relativa fortaleza, el sector de los alimentos orgánicos necesita un cambio, que dependerá principalmente de su habilidad para aumentar sus beneficios, que son, en general, entre un 19 y un 25% más bajos que los de los cultivos convencionales.
El uso de la innovación para la evolución hacia una agricultura de precisión (utilizando sensores y simplificando logística) y el aumento del tamaño de las explotaciones podría contribuir en este sentido.
Las explotaciones orgánicas francesas son algo más grandes que la media europea (48 hectáreas frente a 40) pero son mucho más pequeñas que las tradicionales (no así en la mayoría de los países europeos). Esto debilita su viabilidad económica, especialmente en el caso de las más aisladas.
La intención de algunos agricultores bio franceses de mantener la escala “humana” de su negocio, en contraposición con la agricultura convencional “intensiva”, se verá desafiada por la inevitable tendencia a la expansión de las explotaciones y a la concentración del sector de la distribución orgánica.
El poder de los grandes grupos del sector de la venta minorista francesa es considerable, a pesar del reciente equilibrio. En 2016, la cuota de mercado de las grandes y medianas superficies era del 45%, un descenso de 4 puntos desde 2011, mientras que la cuota de las redes especializadas era del 30%, un aumento de 5 puntos. Mientras que su estrategia expansionista podría acelerar el desarrollo del sector orgánico y facilitar el acceso a nuevos consumidores, también podría incrementar el riesgo de una fuerte dependencia de los operadores bio de los grandes distribuidores y, como consecuencia, de importantes presiones a la baja sobre los precios pagados a los productores.
El escenario de un mercado orgánico que se distancia de algunos de sus principios originales (como los transportes reducidos, la baja huella de carbono, su anclaje social y la equilibrada distribución del valor producido) podría hacerse realidad si la transición a la financiación del mercado se lleva a cabo demasiado rápido. Los beneficios del mercado requieren del sector la madurez suficiente para compensar la pérdida de ingresos que genera la ausencia de ayuda estatal con un incremento de los resultados. Por otra parte, los posibles aumentos de los precios podrían ejercer un efecto discriminatorio sobre ciertas categorías de consumidores, que podrían optar por productos importados de precio más bajo.
En última instancia, el auge del consumo de alimentos orgánicos conducirá necesariamente a un cambio en la industria. Estos cambios se pueden interpretar como una adaptación o como un abandono de sus principios originales” concluye Bruno de Moura Fernandes, autor del estudio “Francia: ¿se verá obligado el sector de los alimentos orgánicos a abandonar sus principios?”(Noticias AgroPecuarias)
EB