En tardío, la sanidad puede definir el rinde
El perfil nutricional del híbrido, el monitoreo y el manejo químico son tres herramientas aliadas para minimizar el impacto de las enfermedades.
BUENOS AIRES (NAP) Un significativo aumento se observó en la presencia, desarrollo e importancia de las enfermedades en fechas de siembra tardía para el cultivo de maíz, situación que genera una gran preocupación entre los productores, técnicos e investigadores, demostraron relevamientos realizados en diferentes regiones agrícolas.
En ese sentido, el Ing. Agr. Roberto De Rossi, Fitopatólogo de la Universidad Católica de Córdoba y Referente Externo en Sanidad de KWS, aseguró que “el retraso modifica el ambiente bajo el cual se desarrolla el cultivo, que resulta más favorable para ciertas enfermedades. En fechas tardías en el centro-norte del país hay un aumento de presencia e intensidad de enfermedades de hoja, espiga, raíz y tallo”, detalla.
Al respecto De Rossi asegura que hay 3 puntos principales a evaluar en cuanto a sanidad: el perfil sanitario, que está determinado por la genética del híbrido, la estrategia de monitoreo y en qué casos conviene realizar un tratamiento químico.
En el caso del tizón común (mancha amarronada alargada), el 50% de los híbridos comerciales tiene un muy buen comportamiento, mientras que el 21% tiene un comportamiento variable según las condiciones ambientales, y el 27% se enferma casi siempre.
“La otra enfermedad que viene creciendo en las últimas campañas y con una severidad muy alta es la cercosporiosis. El 90% de los materiales disponibles en el mercado es entre muy susceptible y medianamente susceptible”, agregó.
Por otro lado, también en fechas tardías: “Podemos llegar a tener más problemas de vuelco por pudrición de raíz y tallo que son provocadas por diversos hongos. Por ello, el monitoreo es una herramienta fundamental, ya que si vemos plantas que se secan cuando las otras continúan verdes tendremos un indicio de que podemos llegar a tener este problema. Esta situación es una conjunción de estrés en el cultivo, mucha nubosidad y algún patógeno que ingresa”, detalló De Rossi
Al referirse a las prácticas de manejo, señaló que el uso de fungicidas en maíz ha estado creciendo en los últimos años, alcanzando en la actualidad el 18% de la superficie de maíz, debido a un aumento de la presión sanitaria por las fechas tardías, pero también porque se observa una respuesta favorable.
KWS, a partir de su Red de Ensayos de Sanidad del Norte (RESANO), de la que De Rossi es el consultor técnico, pone a prueba los materiales para conocer su comportamiento, y así poder seleccionar híbridos para distintas fechas de siembra. Asimismo, la apertura de un segundo programa de mejoramiento genético, que sumado al germoplasma que se trabaja actualmente, permite crear y seleccionar líneas e híbridos en el ambiente del norte de Córdoba, asegurando así tener presión para condiciones ambientales extremas y las enfermedades más importantes. A esto se le suma la incorporación del Víptera, que permitirá a KWS Argentina ofrecerle al productor híbridos acordes a sus necesidades (Noticias AgroPecuarias)
EB.