La venta de maquinarias agrícolas en 2018 se retrajo casi un 40%
Faltan los números finales. Pese a la crisis de financiamiento para la compra de insumos, además de maquinarias, la cadena de pagos no se cortó y la situación de los productores está un poquito mejor que la de los fabricantes
BUENOS AIRES (NAP, por Eduardo Bustos) La última edición de Expo Agro cargó de optimismo a las empresas que participaron de la muestra y expusieron lo mejor de sus líneas de maquinarias agrícolas. Con gran entusiasmo contaban a los periodistas vinculados a la actividad agroindustrial las últimas novedades incorporadas en materia de tecnología y hasta celebraban el posible cierre de negocios en los meses siguientes. Sin embargo, primero el agua y luego la sequía hicieron sentir su rigor y el panorama que se presentó no fue el mejor.
Con la creación de la Mesa Nacional de Competitividad de la Maquinaria Agrícola, la cosa pareció mejorar, los fabricantes recuperaron el optimismo, hasta que a mediados de año apareció la crisis financiera y, todo ese entusiasmo se dio de bruces con la realidad de un mercado que sintió el impacto. Las ventas internas cayeron casi al 40 por ciento, a lo que se sumó la depreciación del peso y subas inusitadas en las tasas de interés bancario.
“Cuando se realizó la última edición de Expoagro arrancamos bien, se creó la Mesa de Competitividad de la Maquinaria Agrícola donde están representados todos los sectores de la Cadena, estábamos frente a un año que pintaba bien, incluso teníamos el apoyo el gobierno para solucionar los problemas impositivos y financieros. Luego de la segunda reunión apareció la crisis financiera con lo que se complicó tremendamente el sector”, recuerda Raul Crucianelli, presidente de CAFMA (Cámara de Fabricantes de Maquinarias Agrícolas) y su fábrica se encuentra en Armstrong, Santa Fe.
A partir de ese momento la agenda de trabajo de la Mesa de la Maquinaria Agrícola se concentró en la recuperación de los saldos técnicos del IVA y la tormenta financiera que se avecinaba: “Desde ese momento lo que más nos preocupó fue la falta de crédito para la compra de capital destinada a la evolución de las empresa y, para quienes habíamos hecho alguna inversión, los créditos alcanzaron tasas altísimas. Este factor también tiró abajo a las ventas”, amplía el industrial.
En ese momento, los fabricante de sembradoras arrancaron bien, pero “los de maquinarias para la cosecha o la pos cosecha la pasaron muy mal, las ventas se cayeron en un promedio del 35 al 40 por ciento comparado con 2017, aunque nos podemos quedar cortos”, aventura Crucianelli.
“Al aumentar las tasas de interés, el productor pierde la posibilidad de comprar los bienes de capital con cuotas a tres o cuatro años y con tasas accesibles. Al no existir ese crédito, los fabricantes nos vimos obligados a financiarnos con cheques y cuando queremos venderlos, los bancos le aplican tasas de hasta el 60 por ciento”, detalla el industrial.
: “Estamos en un escenario donde el productor se cuida, es prolijo y trata de hacer bien las cosas”, detalla Criucianelli.
MANO DE OBRA
Pese a la crisis que se ve por estos días, la mayoría de los fabricantes evita por todos los medios desprenderse del personal: “Entre nosotros la suspensión es una palabra que no existe y mucho menos indemnizar por falta de trabajo, vamos aguantar hasta el final, aunque todas las empresas tenemos una capacidad ociosa que oscila entre el 30 y el 40 por ciento, es posible que se achiquen las horas de trabajo. El fabricante que está en un pueblo del interior no despide personal y está muy cerca de los trabajadores porque convive con ellos”, aventura.
EXPORTACIONES
Pese a la crisis, a partir de la devaluación de mediados de año, las empresas que venían exportando, lograron mejorar su posición. También hubo casos, en que estas industrias a pesar de la falta de competitividad por el dólar bajo, exportaron a pérdida para no perder el contacto con el mercado internacional.
A partir de la última devaluación la recuperación no es automática, demora un tiempo y pasan meses hasta la reactivación: “Lo importante es que esos mercados están. El sector de la maquinaria agrícola argentina es competitivo, tenemos implementos para exportar, el mundo nos reconoce como productores de máquinas y equipamiento de primer nivel, en definitiva el sector poco a poco se reactiva, pero en la Argentina nuestra actividad no depende de las exportaciones, depende del mercado interno”, evalúa Crucianelli.
Las fábricas argentinas de maquinarias agrícolas exportan alrededor del 10 por ciento de su producción y el resto se concentra en el mercado interno.
EXPECTATIVAS
Desde la óptica del industrial, las perspectivas para 2019 dependen más de los resultado de la próxima cosecha que de la implementación de medidas oficiales: “Tratamos de ver el medio vaso lleno, las cosechas, por ahora, se presentan muy buenas y la de granos gruesos es la que mueve la inversión.
“Esperemos que a partir de marzo o abril y, por lo que veo cuando salgo a la ruta, recorro las provincias y hablo con nuestros colaboradores, la campaña de gruesa viene muy bien. Nuestros representantes que trabajan en la provincia de Buenos Aires, me hablan muy bien de la campaña de maíz y creo que superado el primer trimestre, lo peor pasará”, redondea el presidente de CAFMA.
Siempre en las crisis aparecen las oportunidades, hay un nicho chiquito de productores, que como hace el industrial, en cuanto puede invierte, por eso, a partir de que comience la cosecha de gruesa, se esperan algunas ventas, Concluye Crucianelli (Noticias AgroPecuarias)
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IMAGENES: Gentileza Cafma