La producción de carne aviar necesita un cambio de tendencia
El sector se mantiene por la demanda de Venezuela, país ahora afectado por la caída del valor del barril de petróleo. Análisis para la Argentina.
BUENOS AIRES (NAP, por Adalberto Rossi*). Existen distintas razones para explicar la mala performance del segmento productor de pollos de engorde en Argentina durante los primeros seis meses de 2015. Lo cierto es que ha cambiado el escenario global para las distintas producciones agropecuarias y la producción de pollo no es –evidentemente– la excepción a este fenómeno.
Este sector de la economía argentina no supo ver, ya en el año 2013, la dificultad que marcaba este contexto a través de la oferta, el consumo en el mercado interno y la demanda internacional, porque el fuerte incremento de la demanda por parte de Venezuela, de algún modo, le permitió eludir este escenario adverso.
Este fenómeno se observa claramente durante ese año, donde Argentina marca un récord histórico en sus exportaciones con 370.000 toneladas, de las cuales 175.000 tienen como destino Venezuela. Ahora bien, paralelamente, las otras 195.000 toneladas que tenían como destino el resto del mundo, mostraban una caída en relación al año anterior: evidentemente, algo no andaba bien…
Ya para enero de 2014, el gobierno argentino corrige el tipo de cambio y eso le imprime una mayor competitividad al empresariado para poder intentar ubicar nuevamente sus productos en el exterior. Es así como el segmento productor de pollos de engorde proyecta una producción para ese año de 2.080.000 toneladas, de las cuales 370.000 tendrían como destino el mercado internacional.
Lamentablemente nadie pudo avisorar la brutal baja internacional en el precio del petróleo, que pasó de u$s 100 a u$s 50 el barril, y que los países productores sufrirían una baja del 50% en su facturación.
Es importante tener en cuenta que la avicultura comercializa 10 millones de toneladas de pollo a nivel mundial, de los cuales 6,5 millones de toneladas tienen como destino países petroleros. Es decir que, a partir de la significativa baja en el precio del petróleo, se produjo un atraso en las cobranzas, se comenzaron a observar dificultades con las Cartas de Crédito, o simplemente, se comenzó a registrar una contracción de la demanda.
Esto provocó una baja internacional en el precio del pollo, con el objetivo de revertir la caída en las exportaciones, y eso complicó sensiblemente a las exportaciones argentinas de carne aviar. Por caso, países como Rusia o Turquía, le quitaron espacio a la carne aviar argentina en mercados donde era impensada la colocación de la producción avícola de esos países.
Por su parte, Venezuela, principal destino de las exportaciones argentinas de carne aviar hasta ese entonces, no presentó ninguna dificultad en sus compras de pollo a la Argentina durante el primer semestre de 2014 y eso incentivó a los productores argentinos a mantener las estructuras que habían montado para abastecer con fluidez ese mercado y, al mismo tiempo, a mantener el volumen de producción que tenía como destino Venezuela. Pero en Agosto de 2014 Venezuela comienza a sentir fuerte el impacto de la baja del petróleo, los contratos con Argentina para la compra de carne aviar se diluyen, y de las 170.000 toneladas previstas para ser exportadas a Venezuela, se logran enviar sólo 105.000.
Este hecho impactó negativamente en la producción de pollos argentina que tuvo que salir a buscar rápidamente nuevos mercados en el exterior –Rusia y Medio Oriente–, y adecuar, de alguna manera, la línea de producción montada exclusivamente para Venezuela para el mercado interno. El pollo en Argentina es un producto sumamente elástico al precio, en consecuencia, en la medida que el precio al consumidor fue cayendo, el consumo se fue incrementando.
Claro que esta estrategia tuvo un costo muy alto para el sector productor, que bien podría haber optado por desmantelar la línea de producción de Venezuela, pero eso hubiera tenido también un costo muy importante… se debería haber sacrificado un volumen importante de reproductoras, muchas personas habrían perdido su empleo, y se debería haber reducido la escala en los frigoríficos, entre otras variables de ajuste.
Pero las malas noticias no se circunscribían sólo a Venezuela, la economía en Brasil tampoco pasaba por su mejor momento y esto derivó en una fuerte devaluación del Real que afectó también a las exportaciones de carne aviar argentinas, que vieron afectadas significamente su competitividad en el ámbito internacional.
En síntesis, para el arco empresario argentino, ligado a la producción de pollos de engorde, los primeros seis meses de 2015 fueron nefastos.
Estadísticas
La producción de carne aviar en Argentina durante el primer semestre de 2015, registró un total de 364.944.000 aves faenadas, equivalentes a un total de 977.000 toneladas, reflejando un incremento del 3,3% en la faena y del 5% en la producción, respecto del mismo período de 2014, donde la faena alcanzó los 353.165.000 animales y un total de 927.000 toneladas.
Vale destacar que durante los primeros seis meses de 2015, el consumo en el mercado interno trepó sensiblemente, alcanzando los 42,77 kilos por habitante por año, con picos de 45,90 kilos por habitante por año en el mes de junio. Estos guarismos dan cuenta de un crecimiento en el consumo interno del 11% respecto del mismo período del año anterior.
En relación a los envíos al exterior, podemos destacar que durante los primeros seis meses del año, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) argentino, fiscalizó exportaciones de carnes frescas, procesadas y subproductos aviares por 125.998 toneladas y 175.582.000 dólares, mostrando un retroceso del 24 por ciento en volumen y del 41 por ciento en divisas, respecto a los envíos del mismo periodo de 2014 en esos rubros, que sumaron 165.000 toneladas y 298.026.000 dólares.
Del total de los envíos, las exportaciones de carnes frescas -aves enteras, pechuga, y muslo, entre otras- sumaron 71,921 toneladas. Los principales destinos de las exportaciones de carnes frescas aviares argentinas durante los primeros seis meses de 2015 fueron Sudáfrica, 15.047 toneladas; Chile, 9.466 toneladas; Arabia Saudita, 7.170 toneladas; Venezuela, 6.789 toneladas; Emiratos Arabes Unidos, 6.102 toneladas y Angola, 4.619 toneladas; entre otros mercados.
En tanto las exportaciones de subproductos aviares –garras, alas y recortes aviares- durante enero/junio de este año, alcanzaron las 28.921. Los principales mercados que recibieron estos subproductos procedentes de Argentina fueron China, 19.089 toneladas; Hong Kong, 5.750 toneladas y las Islas Comoros/Mayotte, con 1.639 toneladas. También se registraron envíos a Sudáfrica y Guinea Ecuatorial, entre otros destinos.
Además el Senasa fiscalizó exportaciones harinas animales por 17.534 toneladas, siendo Viet Nam el principal destino de las mismas; menudencias por 4.593 toneladas, casi en su totalidad a Sudáfrica; y carnes procesadas de pollo por 682 toneladas –principalmente a Holanda–.
Perspectivas
El sector productor de pollos de engorde argentino se ha propuesto revertir la negativa tendencia registrada durante el primer semestre del año y, para ello, se ha procedido al congelamiento de un porcentaje de la producción y al retiro de 4 millones de huevos fértiles del circuito productivo.
Se cree que con estas medidas, sumadas a un cambio de la coyuntura económica en Argentina a partir del proceso electoral que tendrá lugar en el mes de octubre, el sector podrá volver a operar dentro de un contexto míninamente rentable y claramente excluyente para cualquier actividad comercial que se decida desarrollar.
Por otra parte, y como dato positivo, el consumo en el mercado interno continúa incrementándose y el pollo se ha impuesto en la dieta de todos los argentinos como un alimento saludable, lo cual seguramente contribuirá a encaminar al sector productor dentro de ese tan ansiado escenario positivo.
*Periodista. Director de la revista Cátedra Avícola. Publicado en El sitio avícola.