La pesca consiguió protocolo para ponerse en marcha
Habrá evaluación médica para los tripulantes antes de embarcar y elementos de higiene en el barco, pero muchos trabajadores mantienen los temores.
MAR DEL PLATA (NAP) Los gremios marítimos comprendieron lo “esencial” de mantener girando la rueda de la industria pesquera, aunque asoman otros interrogantes cuando esa flota complete la primera marea. Quién comprará el pescado, para venderle a quién en un contexto de virtual parálisis de la economía nacional, regional y mundial.
La actividad es esencial porque produce alimentos, pero también porque genera divisas, aunque cada vez menos y miles de fuentes de trabajo. Por eso, la pesca se excluyó entre las excepciones del Decreto del presidente Alberto Fernández del aislamiento social y obligatorio que rige en todo el país, al menos, hasta el 31 de marzo, ampliado, desde anoche hasta el 13 de abril próximo.
Hizo falta una fuerte presión de distintas áreas de gobierno a las cúpulas sindicales para que el jueves los gremios que habían demorado las zarpadas de la flota pesquera rubricaran un protocolo sanitario junto con las cámaras armadoras locales y de ese modo garantizar acciones preventivas antes de zarpar y durante la convivencia a bordo, para evitar contagios de covid-19.
El secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes, PAtrones y Pilotos de Pesca, Jorge Frías, el día anterior, había anunciado un acuerdo por un protocolo sanitario nacional que tenía, supuestamente, la venía del resto de los gremios y las cámaras armadoras, conto la publicación El Marplatense.
La administración portuaria forma parte de un plan de contingencia dentro de un programa nacional comprendido en la Resolución 60/20 del Ministerio de Transporte y controla a todas las personas que ingresan a puerto.
El jueves el único que no figuró en la nómina del acta firmada en la Delegación del Ministerio de Trabajo fue el mismísimo Frías, quien a las pocas horas no pudo con su genio y mostró sus dotes de incoherente. El dirigente criticó desde su cuenta de twitter el acuerdo alcanzado por el resto de los gremios. “Que queden claros los intereses de los empresarios que presionan para que la gente salga a navegar desde su casa, ellos se cuidan”.
El protocolo firmado y rubricado que devuelve la operatividad a la flota a partir del 1 de abril, como para respetar los tiempos de la cuarentena y preparar un alistamiento que no será fácil de completar ( hay unos 100 barcos entre fresqueros y congeladores amarrados a puerto que requieren combustible, víveres, cajones) genera otras dudas entre armadores y tripulantes.
Por un lado, el servicio médico que debe garantizar el Consorcio Portuario ahora tiene tarea extra. La administración portuaria forma parte de un plan de contingencia dentro de un programa nacional comprendido en la Resolución 60/20 del Ministerio de Transporte y controla a todas las personas que ingresan a puerto.
El sábado pasado hubo una emergencia en el Portobello, amarrado en el espigón 10, por un sereno que no se sentía bien. Intervino la ambulancia y se encendieron todas las alarmas aunque, por suerte, tenía síntomas más compatibles con una descompostura que con el covid-19.
El protocolo sanitario establece que los tripulantes antes de embarcar sean evaluados por un médico. Además los trabajadores entregarán una declaración jurada con un anexo donde exponen una especie de historia clínica, completada por ellos mismos.
El buque sebe ser desinfectado previamente, tiene que contar con elementos de higiene, la tripulación se compromete a seguir hábitos de limpieza, y hay un plan de manejo en caso de que alguien tenga síntomas a bordo. Sería raro que pueda existir un caso que contagie al resto si al 31 de marzo todos cumplieron el aislamiento social obligatorio. Igual muchos dudan en salir a navegar en estas condiciones.
Los armadores esperan que detrás de las preocupaciones válidas por la pandemia, no existan otros intereses como el de los estibadores de Puerto Deseado, donde paralizaron las descargas por los riesgos del virus y para volver a operar pidieron un jornal triple. La intervención del Subsecretario de Pesca desactivó la avivada.
Los estibadores marplatenses también firmaron un protocolo y se preparan para destrabar la descarga en el congelado a partir del lunes. Casi un calco de los marineros aunque pidieron algo casi imposible: que en la jurisdicción portuaria haya una batería de baños en condiciones. Las actuales están dinamitadas y son una colección de bacterias..
El comunicado del SUPA trae una yapa: subsidio para aquellos estibadores mayores de 60 años comprendidos en la licencia del Decreto 181 y los que tienen enfermedades de riesgo que los torna más vulnerable al contagio.
En tierra el SOIP pide lo mismo pero para todos los obreros que hasta que vuelva la flota con pescado fresco no tendrá casi actividad. La tensión en algunas fasoneras ya se hace evidente. No hay dinero para pagar garantizados sin pescado y se vienen más persianas bajas como la de Arte Pesca, las plantas de Chuli Gómez y la reducción de personal en Caputo.
Qué quedará en pie hasta que la flota vuelva preocupa también a los armadores. Temen una sobreoferta de pescado que desplome el precio y obligue a vender la bodega en cuotas, como ha pasado antes de la reciente parálisis, donde las plantas también lucieron con escaso personal por licencias, miedos y condiciones laborales más que precarias.
Semana Santa solo es una marca roja en el almanaque que posiblemente entre en la cuarentena extendida. Brasil, el principal destino de la merluza marplatense, devaluó un 25% en lo que va del año y la curva del conoravirus se disparo. En este contexto, la caída del consumo de merluza, acá y en el país vecino, será considerable (Noticias AgroPecuarias).