Vacas y pumas, los consejos de un especialista para el control del felino
‘El puma no ataca el ganado si tiene vizcachas y corzuelas para comer’, aseveró Gustavo Aprile. La presencia de estos gatos en los campos ‘es un indicador del ambiente’.
BUENOS AIRES (NAP). Gustavo Aprile es naturalista y se dedica a la conservación, manejo y restauración de ambientes naturales, tanto en Argentina como en Uruguay. Y se ha especializado, entre otras cosas, en trabajar con pumas.
En una entrevista en Bichos de Campo, el especialista definió como “mala” a la relación del productor agropecuario con estos felinos.
“Es mala en particular desde que disminuyeron sus principales presas naturales (vizcachas, pecaríes, corzuelas, guanacos) y desde que avanzamos en la mayor parte de las regiones naturales con nuestras producciones pecuarias tradicionales. Desde entonces el puma volcó su interés en lo que tiene a mano (o a zarpazos): ovejas, chivos, potrillos y terneros. Y claro, la respuesta del productor no se hizo esperar: balazo a cualquier puma que merodee la zona”.
Esa situación es justamente la que hay que entender: el puma pasa a ser un problema “cuando no se dejan presas naturales que requieren, al menos, de parches con ambientes naturales para sobrevivir”. De ahí al manejo racional tanto del ganado como del ambiente.
Un ejemplo: “en Cortaderas, San Luis, con Darío Ramírez (guardaparque nacional que lidió varias veces con estos asuntos), tenemos identificado un campo donde crían caballos. En el campo vecino al corral donde se los cría hay una vizcachera poblada de esos roedores, resguardada por los dueños de la propiedad. Los pumas que merodean el lugar jamás atacaron un potrillo ¿La razón? Se dedican a las vizcachas”.
Un ejemplo al revés: “En un campo en Villa María, Córdoba, los pumas tienen 400 hectáreas de bosque nativo a su disposición. Pero como la gente no ha dejado vizcachas ni corzuelas (pequeños ciervos), los felinos empezaron a dar caza a ovejas y a terneros. Cuando el encargado del campo empezó a reintroducir vizcachas y liberó varios ejemplares, los pumas cambiaron su atención hacia las presas naturales”.
“Entonces es simple: si le dejamos al puma los recursos básicos para que subsista (territorio donde desplazarse y ocultarse y presas naturales para su alimentación) no molesta al productor o el daño que puede ocasionar es bajo, costo que puede asumirse como parte de convivir en un ambiente sano”, aseguró Aprile.
Amigo te doy un consejo
El especialista aconsejó entonces a los productores ganaderos dejar presas y hábitat disponibles para el puma. “Esto puede lograrse dejando lotes naturales o aprendiendo a utilizar en forma ‘conservacionista’ al territorio, sin pretender erradicar cada animal silvestre y sin desmontar todo el campo natural”.
También recomendó -en cuanto al manejo del ganado- hacer encierros de los animales durante la noche.
Cuando el encierro se hace complicado debido a las extensiones del campo o por la cantidad de ganado, propuso “incorporar perros pastores entrenados para el cuidado de los animales”.
“En situaciones intermedias -agregó- se protege la hacienda en lotes con boyeros y en zonas marginales, hasta se utilizan burros ‘de compañía’ para disuadir a los pumas de los ataques a las majadas o a las tropillas”.
Aprile ilustró que la presencia de estos felinos en un campo “es un indicador del ambiente: si hay pumas es porque hay vida silvestre y, por el contrario, si no hay, tenemos un problema.
“El puma actúa como un fusible: si su presencia se transforma en un problema porque no aprendemos a convivir con él es porque se está generando un problema del que solemos señalarlo como responsable. Pero en realidad ocurre lo contrario y es que nosotros empezamos a ser el problema en ese sitio: quiere decir que se nos fue la mano con nuestra intervención, sea del modo que sea: ganadería, forestación, agricultura o urbanización”.
Gustavo Aprile participó de importantes proyectos de investigación y reintroducción de fauna. Dicta periódicamente cursos en diferentes universidades y centros de formación del país. Trabajó en la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Grupo de Especialistas en Reintroducción de la UICN. Hoy integra la Asociación para la Conservación y el Estudio de la Naturaleza (ACEN) y se dedica profesionalmente a la implementación de áreas naturales protegidas y el manejo de animales autóctonos. (Noticias AgroPecuarias)