Un espacio para el aguará guazú y las vacas

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Una propuesta en Corrientes para unir estancias ganaderas con reservas naturales con la intención de ampliar el hábitat de especies en peligro y fomentar el turismo. 

 

BUENOS AIRES (NAP). La Fundación Hábitat y Desarrollo presentó al gobierno de Corrientes un proyecto para concretar un ‘corredor de conservación’ a lo largo de la ruta provincial 114 (en el Este de esa provincia), enlazando reservas naturales y estancias productivas hasta los Esteros del Iberá para proteger especies en peligro.

El corredor abarca casi 5.000 hectáreas de pastizal húmedo, uniendo la costa del río Uruguay, el río Miriñay y el Iberá, en La Cruz, donde actualmente funcionan dos reservas naturales privadas en un paisaje seminatural con ganadería a pasto (sin implantación de pasturas exóticas). 

Es decir que aquí el ganado convive con fauna silvestre, con presencia incluso de especies en peligro de extinción, como el aguará-guazú, águila coronada, ciervos de los pantanos, boa curiyú o yetapá de collar, ave característica de estos pastizales.

La RP 114 es una ruta de tierra que conecta humedales, atravesando grandes campos ganaderos -con el bellísimo río Miriñay en el medio- y sufre la presión cada vez mayor de cazadores furtivos, la proliferación de cerdos cimarrones y la permanente amenaza de convertirse en una zona forestal cuando se arregle el camino.

“La creación del corredor es un fuerte reclamo de los productores agropecuarios locales y una gran posibilidad de desarrollo turístico local: la localidad de La Cruz y sus inmediaciones resguardan un gran valor cultural por la presencia de construcciones jesuíticas y porque la cultura ganadera correntina se mantiene viva y actual”, destacó el director de Conservación de la Hábitat y Desarrollo, Gustavo Aparicio.

La iniciativa tiene su base en la reserva natural Tres Cerros -que protege una formación rocosa única en la provincia que alberga especies endémicas-, administrada por un propietario con asistencia de la Fundación Amado Bonpland; y la reserva natural Loma Alta, administrada por Masisa con ayuda de Hábitat y Desarrollo.

Para concretar el proyecto, la Fundación realizó dos presentaciones, una en la Casa Municipal de la Cultura, con el apoyo del área de Educación y Turismo de La Cruz; y otra destinada a productores ganaderos, en la Sociedad Rural de La Cruz. “Propusimos a los propietarios instrumentar medidas voluntarias en las estancias para favorecer la presencia de fauna silvestre y permitir el desplazamiento de los animales dentro del malezal, disminuyendo los riesgos potenciales de la ruta, como el atropellamiento de fauna silvestre y la caza furtiva”.

Razones

Esta es la segunda experiencia de la Fundación en el desarrollo de corredores de conservación que reúna la voluntad de propietarios para conservar diversidad biológica, la otra es el corredor de conservación del arroyo Ayuí Grande, en Entre Ríos, que actualmente reúne a tres empresas, al Inta y a 17 propietarios.

La pérdida y fragmentación de los ambientes naturales es la principal causa de extinción de especies, tanto a nivel global como nacional. Esto ocurre por la perdida generalizada de hábitats, por la reducción en el tamaño de los bloques remanentes y por el aislamiento de las poblaciones.

Los cambios en el patrón de distribución de las especies afectan los procesos ecológicos que dependen de ellas. Estos efectos negativos pueden contrarrestarse en parte, mejorando la oportunidad de desplazamiento de la vida silvestre hacia otros habitats y desde ellos. (Noticias AgroPecuarias)

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