Babbit: “Vamos a garantizar productores la calidad de la semilla que adquieren
Así los aseguró la presidenta del Instituto Nacional de Semillas (Inase). Eso significa que el semillero venda productos de óptima calidad. El obtentor también se debe beneficiado económicamente por la inversión realizada.
BUENOS AIRES (NAP) La presidenta del Instituto Nacional de Semillas (Inase), remarcó que eso significa que el semillero venda productos de óptima calidad, pero también que el obtentor se vea beneficiado económicamente por la inversión que realice.
En este sentido, explicó que “el productor hortícola compra una semilla a precio dólar pero vende su fruto en pesos”, entonces indicó que “se genera un desfasaje”.
“Pero además por qué no tener soberanía nacional en algo tan sensible como es la mesa de los argentinos y las argentinas. Estamos hablando de la verdura y la fruta que comemos todos los días, que es deseable que todos podamos comer por la fuente indudable de vitaminas y minerales”, subrayó la funcionaria.
De todos modos aclaró que “no en todas las hortalizas estamos así”, y destacó que “hay mucho en mejoramiento de arvejas”, precisó en declaraciones periodísticas, puntualizó Babbit en declaraciones periodísticas.
“De hecho, tenemos fiscalización de los cultivos de arveja. Y en cuanto a tomate, hay un movimiento muy interesante de mejoramiento de semillas criollas de tomate y, por ejemplo, la Facultad de Agronomía de la UBA, está trabajando en el rescate de germoplasma ancestral de variedades de tomate”, puntualizó la titular del Inase.
A su criterio, “los productores agropecuarios argentinos son grandes incorporadores de tecnología”, y explicó que “parte de la tecnología es una semilla, un germoplasma, de variedades mejoradas”.
Así planteó que “para esto, es preciso que se respete el derecho de propiedad de una obtención”, porque precisó que “las empresas para poder seguir invirtiendo, sean privadas, nacionales, como el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que son obtentores de variedades vegetales, necesitan tener el cobro de su regalía para poder reinvertir”.
Babbit remarcó entre los objetivos de su gestión que se va “garantizar a los productores que lo que adquieren como materia prima signifique un óptimo rendimiento en el campo”.
“Por ejemplo, si te dice que germina en un 90%, vamos a salir a hacer fuertes controles para garantizar que esa semilla realmente cumpla con lo que dice el rótulo, que sea de calidad, que tenga un óptimo rendimiento en el campo y también que sea una semilla de seguridad”, graficó la funcionaria.
En este sentido, detalló que “cuando hablamos de semillas, es de semilla botánica, es decir, de soja, maíz, trigo, girasol”, pero remarcó que “para la Ley Nacional de Semillas, una planta de vivero de limón que va a un monte frutal, que después el productor cosecha ese limón y lo vende, es semilla “.
“Fiscalizamos y controlamos los plantines hortícolas, un plantín de tomate, de lechuga, de espinaca, de tabaco y de yerba mate. Todo eso, porque un plantín de yerba mate para la ley es una semilla. Y una planta de naranja que vende un vivero, también. Por eso el Inase ejerce su actividad de fiscalización en los viveros”, señaló Babbit.
A su vez, en cuanto a la protección de la propiedad, indicó que “las variedades vegetales se pueden anotar en el Registro Nacional de la Propiedad de los Cultivares”, con lo cual indicó que “no es una patente pero es una propiedad por el cual el obtentor de una variedad tiene derecho sobre esa variedad de soja, maíz, cítrico o frutilla durante 20 años”.
“Entonces vamos a hacer un fuerte control para que se respete el derecho de propiedad”, aseguró la titular del Inase. Según el Registro Nacional de Cultivares, actualmente hay 14.187 variedades vegetales.
“Hay obtentores o mejoradores de variedades. Nosotros tenemos dos registros: el de Cultivares y el de la Propiedad de Cultivares. Cuando una variedad es diferente a otra, a todas las conocidas, y se ha estabilizado en el tiempo y es homogénea, nosotros la podemos recibir y darle un título de propiedad que no es lo mismo que una patente”, explicó Babbit.
De esta manera, indicó que “Argentina adhiere por ley a un tratado internacional de Upov -la Unión para la Protección de las Obtenciones Vegetales- y, por lo tanto, se siguen sus lineamientos”.
“Entonces, durante 20 años la persona que obtuvo por actividad de mejoramiento de esa variedad, tiene derecho a que cualquier otro productor que la quiera usar tenga que, al menos, solicitarle autorización para usarla, y generalmente va unido al pago de una regalía”, indicó la funcionaria.
En este marco, destacó la resolución 317/2022, según la cual, las semillas criollas son, sean originarias o no, “aquellas que hayan sido cultivadas en determinada o determinadas regiones bajo prácticas de agricultura familiar, y desarrolladas, adoptadas y adaptadas mediante técnicas tradicionales y conservan cierta heterogeneidad”(Noticias AgroPecuarias)