Los ministros agrícolas de la UE examinarán este lunes el acuerdo comercial con el Mercosur
La UE también mantiene negociaciones comerciales con Australia, Nueva Zelanda, Chile o México. Brasil reforzó sus ventas de maíz a España.
(NAP) los agricultores de la Unión Europea afrontan una nueva era comercial global surgida tras la invasión a Ucrania, que reactiva la controversia sobre los “pros y contras” de los acuerdos comerciales, entre los que se destaca el de Mercosur.
Los ministros de Agricultura y Pesca comunitarios examinarán este lunes en Bruselas el estado de los acuerdos comerciales, en un momento difícil para el campo por la suba de los costos, pero con datos que prueban que los exportadores agroalimentarios mantienen sus ventas, consignó la agencia EFE Agro.
España conserva su superávit en el comercio de alimentos y bebidas en 979 millones de euros anuales, un aumento del 15,9 puntos porcetuales, según los datos difundidos esta semana por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español, (Mincotur), correspondietes a 2022, como consecuencia del aumento en la exportación cárnicas, frutas y verduras. Pero las importaciones crecieron 20,1 %, mientras que los productores se enfrentan a la escalada de costos de insumos por la guerra y a la inflación.
Mercosur
El acuerdo suscripto en 2019 entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) protagoniza la agenda comercial de 2023, con el interés especial de España para que se cierre durante su presidencia de la UE, en el segundo semestre.
Para el Consejo agrícola de este lunes, Austria -uno de los países con más reservas hacia Mercosur- presentó un documento para discusión en el que expone los “efectos negativos del pacto” en la competitividad agrícola y sus “carencias” frente a los esfuerzos exigidos a los productores de la UE.
Austria argumentó que los controles alimentarios o de bienestar animal en el bloque suramericano son menos frecuentes y que sus costos de producción de aves, azúcar o de terneros son “un 50 % inferiores a los de la UE”, además de plantear nuevas normas sobre etiquetado o incluso cláusulas de salvaguardia.
El documento austríaco refleja opiniones de los agricultores y, a juicio del director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López, “reafirma” el acuerdo que se alcanzó en 2019 pero falta “mucho por desarrollar” pues, desde entonces hubo muchos cambios motivados por la pandemia o la invasión rusa.
La fecha de ratificación del compromiso con Mercosur está en el aire, pues debe ser aprobado por los Gobiernos comunitarios y por sus parlamentos; España tiene mucho interés político en que se complete y Francia encabeza el grupo de naciones reticentes.
En el bloque latinoamericano hay grandes líderes agrícolas como Argentina y Brasil; este último precisamente reforzó sus ventas de maíz en 2022 a España -país deficitario- como consecuencia de los problemas de abastecimiento de Ucrania.
Para los agricultores y exportadores españoles, según López, interesan acuerdos “modernos” como el que mantiene la UE con Canadá y Japón, que incluyen “cláusulas sobre desarrollo sostenible”.
Entre los productores es mayoritaria la opinión de que el Pacto Verde europeo ya eleva los requisitos verdes en cuanto a fitosanitarios o bienestar animal en la producción alimentaria y por ello piden reciprocidad en las reglas del juego con sus competidores.
López subrayó que en el pacto con Mercosur “no está desarrollada” esa correspondencia, “deja bastante que desear” y por ello se deben buscar “equilibrios” para la liberalización no signifique el hundimiento del mercado, en la ganadería o en los zumos.
No obstante, España también tiene intereses ofensivos en el bloque suramericano para exportar conservas pesqueras, chocolates o vinos. (NAP)
Fuente: EFE Agro