Se realizó la primera cosecha de cáñamo industrial
Con la autorización del Senasa y el Inase, la firma logró ingresar al país genéticas de cáñamo de vanguardia provenientes de diferentes regiones del mundo.
(NAP) PAra acompañar el desarrollo de la industria del Cáñamo en la Argentina, se realizó la primera cosechas experimentales del cultivo en suelo argentino.
El emprendimiento lo lleva adelante la empresa nacional Industrial Hemp Solutions (IHS), a partir de las posibilidades que brinda el nuevo marco regulatorio en materia de Cannabis medicinal y Cáñamo Industrial.
La cosecha se realizó con el apoyo técnico de la Universidad de Buenos Aires, equipos de la Secretaría de Agricultura, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y del Instituto Nacional de Semillas (INASE)
Las prácticas de cultivo son desarrolladas por la empresa nacional Industrial Hemp Solutions (IHS), dentro de las posibilidades que brinda el nuevo marco regulatorio en materia de cannabis medicinal y cáñamo industrial.
Con la autorización del Senasa y el Inase, la firma logró ingresar al país genéticas de cáñamo de vanguardia provenientes de diferentes regiones del mundo.
El potencial de la bioeconomía argentina es enorme, y en este contexto el cáñamo se posiciona como sinónimo de desarrollo y progreso.
En este marco, desde la Mesa Estratégica de Cannabis y Cáñamo Industrial del Senasa, se acompaña las evaluaciones que se vienen desarrollando en suelo nacional.
El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, destacó: “Tenemos el objetivo de lograr el crecimiento de los cultivos de cáñamo para todos sus usos legales con el aporte y la innovación de nuestros organismos descentralizados y de las universidades argentinas”.
Por su parte, la presidenta del Senasa, Diana Guillén, explicó: “Estamos acompañando y viendo las experiencias de cosecha de cáñamo, proceso que nos acercó el equipo de la Universidad de Buenos Aires que viene estudiando el cultivo con el objetivo de ver las distintas variedades que están siendo probadas y cosechadas en distintas eco-regiones del país para poder determinar cuáles se adaptan mejor según el clima”.
“Estamos viendo los primeros ensayos, cómo responden cada una de las variedades, y trabajando en nuevas normativas que permitan acompañar el desarrollo del sector para sus distintos usos legales, y fortalecer toda la cadena que tiene un gran potencial para el país”, agregó Guillén.
“Contar con buenos materiales de propagación es fundamental para construir una industria robusta, que permita rentabilidad y desarrollo local”, sostuvieron.
A su turno, la presidenta del Inase, Silvana Babbitt, expresó: “El Estado Nacional identificó al cáñamo como un cultivo estratégico y desde Insase nos pusimos a trabajar en ese sentido, acompañando desde nuestro rol, aportando fiscalización y trazabilidad al sistema productivo, y rigurosidad y experiencia en el registro de variedades”.
Explicó también que “el cáñamo es un eficiente regenerador de suelos; sus usos van desde fibra para la industria textil pasando por materiales para la construcción, sustitución de polímeros plásticos por polímeros naturales y mucho más”.
Argentina no cuenta con un banco de germoplasma propio para el cultivo del cáñamo, es por esto que el INASE autorizó que IHS ingresara los materiales para realizar sus respectivas validaciones en diferentes latitudes del país.
En septiembre de 2022 IHS celebró un convenio específico con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), bajo la coordinación del Ing. Agr. Daniel Sorlino del Grupo de Estudio y Trabajo en Cannabis (GET Cannabis) y titular de la Cátedra de Cultivos Industriales.
“Mediante un convenio entre la UBA y la empresa que lleva a cabo estas experiencias, es que nos sumamos a la investigación. Brindamos todo el apoyo necesario para el desarrollo de todas las variedades que tenemos en el país y su relación con el clima, particularmente en la zona pampeana. Por eso estamos recorriendo las zonas para ver cuáles se van adaptando. En esta primera experiencia buscamos adaptar la maquinaria al proceso de cosecha, y así tener un paquete tecnológico adecuado”, afirmó Sorlino.
El cáñamo es un cultivo anual que puede fijar altos valores de dióxido de carbono (el CO2 es en la actualidad el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático) y captura hasta 4 veces más que un bosque forestal.
Las fibras que se encuentran en su tallo pueden emplearse en diversas industrias tales como construcción, celulosa, química, energía, automotriz y textil. Al reemplazar materiales no renovables de origen fósil reduce el impacto negativo de los mismos en la cadena de valor.
A su vez, los granos que provienen del cultivo del cáñamo son considerados a nivel mundial un súper alimento, por lo que existe una creciente demanda de sus aceites, harinas y proteínas en los países desarrollados(Noticias AgroPecuarias).