Máquinas modulares para la poscosecha de hortalizas pesadas
En Entre Ríos se probó a campo un sistema para lavado, secado y embolsado, especialmente para la batata. Es un diseño del Inta.
LA PLATA (NAP, por Cora Gorniztky*). Los productores familiares que cultivan hortalizas pesadas en Feliciano, Entre Ríos, tienen que lavar a mano su producción. Esa tarea les demanda en 1.000 kilos de batatas recién cosechadas, unas 10 horas de trabajo. Por eso se desarrolló un sistema de máquinas que está en proceso de registro y puede resolver el lavado de esa cantidad de tubérculos en sólo 1.40 hora.
Con esta tecnología, unos 30 productores del norte de Entre Ríos resolverían sus dificultades en los procesos de pos cosecha de hortalizas; una problemática que comparten con otras zonas hortícolas de la región pampeana donde también se llevan a cabo ensayos para el desarrollo de este sistema modular.
El artefacto fue diseñado por el becario de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, Matías Novelli e investigadores del Instituto Para la Agricultura Familiar (Ipaf) Región Pampeana, organismo dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
Lo que se desarrolló es un sistema de máquinas que funcionan tanto de manera individual como colectiva con el objetivo de resolver los problemas del transporte en la cosecha, lavado, secado, clasificación y embolsado para distribución.
Desde el Inta, el investigador Sergio Justianovich cuenta que en el caso de Feliciano, a través del estudio de indicadores, se puede afirmar que la máquina posibilita generar mayor sustentabilidad en términos sociales, económicos y ambientales. “Es decir que el equipo viene a fortalecer un proceso de producción y consumo ya existente. Pero en otros casos de la región pampeana, observamos que la existencia del dispositivo habilitó a las comunidades locales a pensar y proyectar circuitos cortos de producción y consumo que antes no existían, entre otras cosas, porque no existía la máquina”.
Justianovich advierte que está instalada la idea de que a mayor escala, aumenta la eficiencia. “Sin embargo, de la comparación con los equipos industriales presentes en el mercado nacional, el caso estudiado en pos cosecha de hortalizas, da cuenta de lo contrario”.
Para llegar a la construcción del prototipo, Matías Novelli siguió los lineamientos del Diseño para la Sustentabilidad y Cadenas Globales de Valor. “Las pruebas de campo realizadas durante 2015-2016, verificaron que el equipo no genera daños mecánicos durante el lavado. A su vez, humaniza las condiciones de trabajo, mejora y ayuda a fortalecer procesos productivos, organizativos y comerciales, en cadenas cortas de valor que reducen los costos ocultos que suelen tener las economías de escala”.
Novelli explica que se avanzó con un diagnóstico sobre la eficiencia de los procesos productivos de la lavadora. “El estudio presenta un Análisis de Ciclo de Vida para determinar el impacto ambiental de la lavadora desarrollada. El equipo se comparó con el lavado manual (práctica actual de los productores familiares) y con una lavadora industrial, contemplando una vida útil de diez años. Los resultados indican una reducción en los tiempos de operación, disminución en el consumo de agua y un menor consumo de electricidad respecto de la maquinaria industrial y el lavado manual”.
En Feliciano
Santiago Vacari y María Ramirez, tienen 38 hectáreas diversificadas con producción ganadera, hortícola y citrícola. Viven con sus tres hijos en el mismo lugar de producción. Integran una asociación y están acostumbrados a combinar su trabajo predial con actividades educativas y de capacitación.
Multiplican brotes de batata libres de virus, con asesoramiento técnico del Instituto de Patobiología Vegetal del Inta y de extensionistas de la AER Feliciano. “Yo me crié en esta chacra con 15 hermanos. Y soy el único que se quedó en el campo. Aquí criamos y educamos a nuestros hijos. Es una tarea dura, te tiene que gustar, hay que ser terco como una mula y no achicarse jamás frente a las dificultades”, dice Santiago Vacari.
Hace 19 años que comparte con su mujer todas las tareas productivas. Además ella dicta cursos de dulces y conservas en una escuela de Feliciano. En la chacra de esta familia se probó el diseño modular de la lavadora de batatas. El prototipo quedará durante la etapa de cosecha para probar la eficiencia y rendimiento del artefacto.
“Decidimos presentar la tecnología en el mismo sitio donde se inició la demanda de los productores”, advierte el Director del Ipaf Región Pampeana del Inta, Marcos Hall; quien se movilizó hasta el norte de Entre Ríos, para reunir al Consejo Asesor. “La idea es sumarle a las sesiones plenarias, esta actividad concreta que se articula entre investigadores, becarios de la CIC, extensionistas de la AER Feliciano, productores y técnicos de otros Organismos como Senasa y SAF de la zona”, explicó el Director del Ipaf Región Pampeana.
Hasta el campo de Santiago Vacari y María Ramirez, se acercaron los consejeros del Ipaf, docentes y estudiantes de la Escuela Agroetécnica Nro. 52, técnicos y coordinadores de las agencias de extensión de Feliciano y Federal, referentes del municipio de Feliciano, un técnico del Senaf (Senasa) y productores de la zona. Los procesos de innovación tienen su tiempo de articulación cuando se trata de combinar demandas, prácticas culturales, tareas productivas y desarrollos locales.
El desafío del equipo de investigadores, becarios, productores y técnicos que trabajan en este emprendimiento es situar este proyecto en las cadenas de valor, de modo tal de identificar que los esfuerzos del diseño, beneficien efectivamente a los productores familiares, tornen más eficientes los procesos de producción y mejoren sus condiciones de trabajo. (Noticias AgroPecuarias)
*Periodista. Publicado en Inta Informa.