Ciclo completo y ganadería de precisión para mejorar la eficiencia del negocio de la carne del Litoral
Juan Elizalde dio pautas para un pasaje virtuoso hacia el ciclo completo, y desde el Inta mostraron cómo mejorar un rodeo de cría con el relevo de los datos productivos.
(NAP) La Sociedad Rural de Hasenkamp, en el centro de Entre Ríos, fue sede de la última Jornada a Campo convocada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, en el campo El Rocío de la familia Schneider, donde se presentó un planteo de ciclo completo, con genética de Blonde D´Aquitaine y manejo de monte nativo.
En la Jornada el ingeniero agrónomo Juan C. Elizalde habló de las ‘Claves para una ganadería eficiente en el Litoral’, con foco en el ciclo completo, el modelo que abarca desde la cría hasta la terminación de los animales, y que se centra en la importancia del manejo, la alimentación y la eficiencia en la producción. Asimismo, el jefe del Inta Curuzú Cuatiá, Luis Rivero, habló sobre Ganadería de Precisión.
Elizalde describió que para la implementación del ciclo completo “es fundamental” el uso de alambrado eléctrico porque permite regular el acceso al forraje, adaptando la oferta a las necesidades específicas de los animales. Esto mejora la calidad del pastoreo y optimiza el uso del forraje disponible, lo que se traduce en una mayor producción de carne.
Para el capítulo de la alimentación, un aspecto crítico en el ciclo completo, Elizalde resaltó que el forraje constituye más de 90% de la materia seca necesaria para la alimentación de los animales, mientras que el grano representa solo el 6,1%. Por lo que en un rodeo promedio, se requieren 9,795 kg de materia seca para completar el ciclo, de los cuales 5,675 kg corresponden a la cría. Esto subraya la necesidad de mejorar la eficiencia en el uso del forraje, “ya que un incremento en la producción forrajera impacta directo en la rentabilidad”.
A esto se agrega que la eficiencia de conversión en la etapa de recría es superior a la de cría. Así, cada 100 kg de alimento, 92 kg deben ser forraje, graficó. Esto implica que, para cada kilogramo de grano utilizado se deben producir 15 kg de forraje, resaltando la interdependencia entre ambas fuentes de alimento.
Elizalde también mencionó que, si bien el encierre a corral puede optimizar la terminación, la calidad del forraje sigue siendo un determinante crucial para el éxito del ciclo completo. Las mejoras en la gestión y la producción de forraje son esenciales para enfrentar las variabilidades climáticas y edáficas que afectan a la ganadería.
Ganadería de precisión
A su turno, Rivera describió que en Corrientes este método “está revolucionando los sistemas de cría”, incorporando tecnología para optimizar la producción y la gestión de los rodeos. El enfoque se basa en la recolección y análisis de datos que permiten a los productores tomar decisiones informadas y mejorar sus resultados productivos.
La ganadería de precisión implica considerar cada animal como una unidad de producción individual, sumando su rendimiento al resultado general del rodeo.
“El objetivo es que cada productor, basado en sus metas y proyectos productivos, pueda monitorear constantemente sus rodeos con información objetiva”, gestionando cada aspecto del proceso de cría, desde la nutrición hasta la reproducción, con un enfoque en la eficiencia y la productividad.
Rivero mostró resultados de estudios de 5 años en Curuzú Cuatiá de 31 establecimientos de la región, con 16.000 vientres. Este seguimiento se centró en dos categorías clave: vaquillas de reposición y vientres en servicio.
Para las vaquillas de reposición, se realizó un pesaje mensual individual, creando un registro de la historia de ganancia de peso de cada animal. Así se identificaron rápidamente aquellos que no cumplían con los objetivos de crecimiento, facilitando ajustes en el manejo nutricional y la detección temprana de problemas de adaptación al sistema.
En el caso de los vientres en servicio, el monitoreo se lleva a cabo de 2 a 3 veces al año durante momentos críticos, como el inicio del servicio y las pariciones.
“Con la información acumulada, se elaboró la historia reproductiva de cada vientre, identificando a los animales más adaptados y productivos dentro del sistema”, señaló. Luego, enfatizó en la importancia de que los productores y técnicos utilicen la información proporcionada para tomar decisiones estratégicas. “Es fundamental retirar del rodeo a los animales menos productivos y potenciar aquellos que suman al sistema”.
(Noticias AgroPecuarias)